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Unidas Podemos resiste en Galicia, Baleares y la Comunitat Valenciana mejor que sus exaliados y escisiones

Pablo Iglesias y Mónica Oltra, en un acto de las generales de 2016.

Aitor Riveiro

El “bloque histórico de cambio” articulado alrededor de Podemos entre 2015 y 2016 acumuló diversas fuerzas de carácter estatal y autonómico. Algunos de esos aliados fueron clave en los resultados electorales de las elecciones generales que permitieron que el espacio político irrumpiera en el Congreso como tercera fuerza política con 71 diputados. El pasado 28 de abril parte de esa alianza transversal se rompió. En un contexto de bajada generalizada del voto para todas las opciones progresistas alternativas al PSOE, Unidas Podemos logró aguantar el envite en Galicia, Baleares y la Comunitat Valenciana mucho mejor que sus exaliados y escisiones varias.

Pese a perder 1,5 millones de votos y 29 escaños en toda España, la coalición de Podemos, IU y Equo ha logrado representación en las tres comunidades autónomas. En dos de ellas iguala los diputados logrados en 2016 pese a haber perdido votos.

En Illes Balears se mantienen los dos escaños conseguidos hace tres años. Antonia Jover Díaz y Lucía Muñoz Dalda sustituyen en el Congreso a Juan Pedro Yllanes, que optará el 26 de mayo a presidir la Autonomía, y Mae de la Concha. La coalición liderada por Podemos sostuvo la segunda posición, esta vez por detrás del PSOE, pero se deja 26.000 votos y supera por apenas 2.000 sufragios a Ciudadanos, tercera fuerza.

A diferencia de lo ocurrido en 2016, el partido nacionalista MÉS optó por desgajarse de Unidas Podemos y aliarse con ERC. La coalición logró el pasado 28A 25.384, la mitad de los logrados por Vox y casi los perdidos por la candidatura de Jover.

Desde el Més ya se han apresurado a señalar que los resultados de abril no tienen por qué repetirse en mayo. El cabeza de lista al Congreso y alcalde del municipio de Alaró ha apuntado a que los resultados habían “sido malos” ya que no habían cumplido su objetivo: lograr un escaño en el Congreso. Otra de las dirigentes de la formación y candidata a las municipales de este mes, Neus Truyol, ha señalado que la fuerza del Més está en su territorio y ha puesto de ejemplo “lo que ha pasado en la Comunitat Valenciana con nuestro partido hermano Compromís, que ha obtenido una gran diferencia de resultados en las elecciones generales y en las autonómicas”.

El president de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, hizo coincidir efectivamente las elecciones autonómicas con las generales, consciente del efecto arrastre que, históricamente, se logra cuando se juntan ambos comicios. En Andalucía se hizo de forma habitual durante los gobierno de Manuel Chaves. José Antonio Griñán, primero, y Susana Díaz, después, rompieron con esta estrategia.

A Puig le salió bien la jugada. El PSPV fue el partido más votado en ambos comicios y amplió su ventaja sobre sus seguidores. En las generales, Unidas Podemos se dejó casi 300.000 votos, la mitad de los logrados en 2016. Y de nueve diputados pasó a cinco.

La clave está en que para Podemos e IU la situación es análoga a la de hace tres años ya que esos cinco fueron los diputados que obtuvieron en 2016 como integrantes de la lista És el Moment. Los otros cuatro fueron para miembros de Compromís, que en el Congreso optaron por desgajarse del grupo confederal y pasar al Grupo Mixto.

La coalición nacionalista que lideran Enric Morera y Mónica Oltra se ha presentado en solitario este 28A y ha regresado a los números que logró en 2011. Joan Baldoví volverá a ser su único diputado y su incidencia parlamentaria está en duda ya que depende fundamentalmente de si es imprescindible para los pactos de gobierno.

En 2015, el PP. En 2019, el PSOE.

En las autonómicas, Compromís ha aguantado mejor el tipo aunque ha pasado de tercera a cuarta fuerza y ha obtenido dos diputados menos de los logrados hace cuatro años. En estas elecciones la coalición nacionalista no se alió con Podemos en 2015, pero no por decisión propia sino del partido de Pablo Iglesias. Los de Oltra reclamaron esa unión, pero la estrategia de Podemos fue acudir en solitario a todos los comicios autonómicos de aquel año. Ahora ha sido al revés. Podemos e IU sí han reclamado una alianza con Compromís, que se ha negado.

Como hace cuatro años, la suma de los votos de ambas candidaturas supera a los del ganador. Pero a diferencia de 2015, el PSOE ha logrado en solitario en 2019 más diputados que la suma de Compromís y Podemos.

El fiasco de En Marea en Galicia

Galicia se ha llevado la peor parte tras la centrifugación del autodenominado espacio político del cambio. La crisis abierta en el seno de En Marea ha atomizado las opciones de los electores: Anova renunció a presentarse, el partido En Marea liderado por Luis Villares lo hizo en solitario y Podemos e IU reeditaron su alianza bajo la denominación En Común, al no poder usar precisamente la de En Marea.

El resultado ha sido malo en términos cuantitativos. De cinco diputados, En Común-Unidas Podemos ha revalidado dos. Yolanda Díaz por Pontevedra y Antón Gómez-Reino por A Coruña. En 2016 Galicia fue uno de los lugares donde el sorpaso al PSOE estuvo más cerca, apenas a 500 votos.

Tres años después, los socialistas han ganado las elecciones y han duplicado el resultado de Unidas Podemos, que al menos amarran su representación y sostienen en el escaño a sus dos principales referentes. La coalición ha obtenido 236.746 votos, un 14,5%.

Anova, por su parte, ha quedado fuera del Congreso, donde tuvo dos diputados en 2015 y 2016 en el seno del grupo confederal. El partido nacionalista aborda ahora las municipales y europeas del 26 de mayo y, después, una Asamblea que puede ser de refundación de un espacio desgajado del BNG en 2012 para aliarse con la Esquerda Unida que dirigía entonces Yolanda Díaz en AGE y con la que irrumpieron en el Parlamento gallego. Una coalición que tuvo en un desconocido Pablo Iglesias a uno de sus asesores. El hoy secretario general de Podemos siempre ha defendido que fue precursora del partido fundado en 2014.

Más complicado lo tiene ahora Luis Villares y su partido En Marea. Tras intentar dejar fuera de juego a En Común-Unidas Podemos ha visto como su apoyo ha sido casi marginal. 17.726 votos, el 1,08%. Incluso el BNG, un partido que vivió una grave crisis durante los últimos años, ha logrado mucho más apoyo: 93.810 sufragios.

La crisis de En Marea amenaza con estallar de forma definitiva tras las elecciones del 26M. Podemos, IU, Anova y el partido de Luis Villares comparten grupo en el Parlamento gallego. Los tres primeros todavía mantienen cierta unidad de acción de cara a las municipales, pese a las reservas de los nacionalistas. Y no se quiere agitar el avispero hasta entonces, pese a algunos movimientos que denotan impaciencia. El juez en excedencia es el portavoz parlamentario y hay quien ya le quiere mover la silla.

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