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Así se las gastan

Mariano Rajoy con Barberá y Camps en 2009.

Jesús Cintora

“Esto no es una trama del PP, como algunos pretenden. Esto es una trama contra el Partido Popular”. Estas gravísimas declaraciones de Mariano Rajoy en 2009 tienen mucho que ver con el peligroso ataque a la Justicia que acaba de hacer el Ministro del Interior. Era también febrero y Rajoy salió ante los medios para decir semejante barbaridad sobre el trabajo de los investigadores de la Gürtel. Ya había detenidos y el caso se extendía de Madrid a la Comunidad Valenciana, pero Mariano Rajoy se permitió comparecer en Génova, hacer una acusación tan insostenible y no permitir preguntas. Aquella vez cambió el plasma por tantos dirigentes del PP rodeándole que no cabían en la foto. Allí estaban, entre otros, Rita Barberá y Francisco Camps.

Siete años después, seguimos esperando justicia pero esa sede ha sido registrada, varios miembros de esa foto han tenido que dimitir y, eso sí, Mariano Rajoy ha llegado a presidente del gobierno. A pesar de actuaciones y declaraciones como estas, que lo inhabilitarían en otro país. No solo eso sino que su Ministro del Interior se ha permitido volver a las andadas y lamentar públicamente que “haya una proliferación de iniciativas judiciales” contra su partido: “Lo que es llamativo es que los únicos casos de corrupción que salgan en estos momentos tan sensibles son los que afectan al PP”, ha dicho el ministro que muestra tanta sensibilidad por estos tiempos, pero considera “superficiales” las heridas de las cuchillas de Melilla, a la vez que habla con ángeles y vírgenes.

La doble moral de Fernández Díaz, al frente de la Policía y la Guardia Civil, sembrando sospechas sobre la Justicia, es comparable a recibir a Rato en el ministerio. No puede decir que habla “a título personal”, porque es el ministro. Como tal debería preocuparse de colaborar con los jueces y detener a todos los corruptos. En su partido tiene a unos cuantos. No es casualidad que se hable de una “organización criminal”, que cobraba mordidas de las adjudicaciones públicas, para financiar campañas y para forrarse. La rabieta de Fernández al estilo de “la profe me tiene manía” es comparable al esperpento de Francisco Camps preguntándose si “queda algo de humanidad en el periodismo, en la Fiscalía y en la Guardia Civil”. Que le responda el responsable del cuerpo, que es precisamente el ministro del Interior.

En definitiva, siguen sobrados y sin entender nada. Camps dice que volvería a presentarse y ganaría “de calle”, Rita Barberá continúa blindada y cobrando del Senado, Rajoy reúne a los suyos y elude hablar de la detención de Grau que acaba de producirse… Por eso, las declaraciones del ministro sobre los jueces no deberían hacernos gracia. Muestran una forma de ser y de actuar que tiene graves precedentes. En aquella comparecencia de 2009, Rajoy señaló desde la oposición al juez que estaba desarticulando la Gürtel y al Ministerio de Justicia. Fernández Bermejo no duró ni 15 días como ministro y unos años después Baltasar Garzón fue expulsado de la carrera judicial. Rajoy llegó a presidente y ahí sigue. Ojito al parche que así se las gastan.

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