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Instrucción policial para identificar mafiosos y terroristas en una patera: lugar donde se sientan y tipo de cicatrices

Una patera rescatada en pleno viaje

Pedro Águeda

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La Dirección General de la Policía ha difundido una instrucción interna que establece una serie de indicios que los agentes deben tener en cuenta para actuar contras las mafias que trafican con migrantes en pateras. Las indicaciones son más amplias y constituyen un protocolo de actuación integral para cuando es interceptada o arriba a la costa una de estas embarcaciones, empezando por la atención a sus ocupantes. Pero también se dan instrucciones para distinguir a las víctimas de las mafias de quienes son sus miembros y por si hay algún yihadista que hubiera intentado entrar en España camuflándose como un migrante. 

Después de describir los trámites de atención e identificación, la instrucción policial se dirige a las unidades investigadoras. “En caso de presenciar la llegada a tierra de la embarcación se tomarán imágenes de vídeo o fotográficas, reflejando la disposición y colocación de los integrantes, sobre todo de la persona que gobierne el timón y personas que se encuentren próximos a él, de las personas que se encuentren más cerca de los motores o custodiando la comida, el agua o la gasolina, o las que se encuentren en los alrededores de las pequeñas ‘cocinas’ que algunas embarcaciones llevan en su interior”, recoge el protocolo, al que ha tenido acceso elDiario.es.

Los miembros de las redes mafiosas intentan hacerse pasar por un migrante más para que no se les acuse de los delitos relacionados con el tráfico de personas. En este sentido, dice la instrucción, “se prestará especial atención al comportamiento y la conducta de las personas inmigrantes a fin de intentar identificar víctimas o personas vulnerables y otras actitudes que denoten liderazgo o control”.

Para poder ser acusados en un atestado de integrar las mafias, los policías deberán recoger los citados indicios y otros más como detallar los elementos de identificación de la embarcación (su matrícula) y si ha sido alterada o directamente retirada. También deberán buscar los equipos de radiocomunicación o radiobaliza.

Con el fin de agravar una posible acusación es necesario conocer si se trataba de un trayecto abocado al fracaso, para el que los migrantes habrían pagado igual que con otro que tuviera más posibilidades de alcanzar la costa española. Por esa razón, los policías nacionales deberán “reflejar documentalmente las condiciones de flotabilidad en relación con el número de ocupantes”. 

“Por ejemplo –recoge el protocolo– si la relación entre la distancia y el estado del mar, la potencia del motor/es y el volumen del combustible, pueden garantizar el éxito de la travesía, si existe presencia de chalecos salvavidas (número o idoneidad) , comida y bebida y cuantas circunstancias se consideren adecuadas para el esclarecimiento y valoración de los hechos”.

El protocolo, que firma el director adjunto operativo de la Policía, José Ángel Jiménez, recuerda que las rutas del Mediterráneo y del Atlántico “continúan siendo corredores de inmigración irregular que afectan a nuestro país”. Por esta vía, añade, los principales países de origen de las personas migrantes en los últimos años son: Marruecos, Mauritania, Argelia, Senegal, República de Guinea, Costa de Marfil y Mali, entre otros. 

La tesis yihadista

Aunque en extrañas ocasiones se ha podido demostrar que las pateras son utilizadas por integrantes de grupos violentos para acceder a España, el protocolo incluye una lista de “indicadores relacionados con la participación en una acción o entrenamiento armado”. Entre ellos, la Policía incluye que los integrantes de una patera presentes heridas de bala o arma blanca, “ya cicatrizadas o en proceso de curación”. Los agentes deberán fijarse si las cicatrices son pequeñas y están agrupadas, lo que denotaría que son consecuencia de “metralla”.

Las amputaciones de miembros, daños oculares –aquí se incluyen “moratones alrededor del ojo compatibles con el golpe de una mira telescópica–, son otros de los indicios de que se trata de un ex combatiente. También deben fijarse los policías en daños en los pabellones auditivos, incluso la pérdida de una oreja. Los policías tendrán que revisar las pertenencias de los sospechosos por si hubiera entre ellas manuales de adiestramiento militar o guardaran imágenes tomadas en zonas de conflictos o portando ”armas, logotipos, banderas o propaganda de grupos yihadistas“.

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