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La candidata de Sumar a lehendakari, Alba García, frente a unos carteles electorales de su coalición y de Elkarrekin Podemos.

Alberto Ortiz

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Aunque las elecciones vascas tienen escasa traslación estatal, lo que pase en la izquierda alternativa no independentista sí tendrá ecos fuera de Euskadi. Las coaliciones que han articulado Sumar y Podemos para estos comicios están, según la mayoría de las encuestas, en el filo de conseguir representación. Si los de Yolanda Díaz consiguen entrar en el parlamento podrán argumentar que consiguen sus objetivos pero el dibujo lo completará lo que ocurra con la formación de Ione Belarra. Aunque ninguna parte lo reconoce abiertamente, en el fondo estas elecciones serán también la última batalla interna antes de las europeas. 

Las encuestas tienen difícil acertar la previsión en escaños que pueden tener ambas coaliciones en el próximo domingo, toda vez que, de acuerdo con la mayoría de sondeos, las dos rondan el umbral del 3% que marca la entrada en el parlamento, según la ley vasca. Las medias de sondeos muestran a Sumar ligeramente por encima de ese porcentaje y a Podemos ligeramente por debajo, pero la tendencia desde hace unos meses para aquí es claramente decreciente ante el empuje de EH Bildu. 

La encuesta de Simple Lógica para elDiario.es, por ejemplo, dibuja un parlamento con Sumar dentro y Elkarrekin Podemos en el filo. Un 3,6% y entre dos y tres escaños para la candidatura de Alba García y un 3% y entre 1 y 0 escaños para la de Miren Gorrotxategi. En general, el espacio político de la izquierda no independentista reúne cerca del 6%, dos puntos menos que hace cuatro años cuando todas las fuerzas se presentaron unidas.

La situación para ambas listas es delicada primero por la falta de unidad (un unicornio en la izquierda vasca) que divide un electorado muy concreto entre dos propuestas que no presentan grandes diferencias programáticas y en segundo lugar por el despegue de EH Bildu, que empieza a crecer en nichos de izquierda no necesariamente independentistas y que se presenta ante esos electores como una suerte de voto útil.

“Entramos seguro”, opinaba este jueves un dirigente estatal de Sumar. Fuentes del equipo de campaña en Euskadi creen que la entrada en el parlamento está más o menos garantizada. La coalición parece tener atado un escaño en Bizkaia y, con ese suelo, podría tener fácil sacar otro más por Álava donde el sistema electoral es mucho más proporcional que en el resto de provincias y hacen falta menos votos para entrar. 

Es por eso que en la última semana la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, decidió en el último momento volver a la campaña para dar un paseo con la candidata por Vitoria y reunirse con diferentes sindicatos de Anbulantziak Borrokan. En una campaña muy desestatalizada, Sumar ha evitado un desembarco de ministros como hizo en Galicia y ha primado el trabajo en el territorio. Díaz tenía programadas solo dos visitas y añadió este jueves esa tercera prácticamente improvisada. 

La coalición que lidera García ha cambiado ligeramente el eje de la campaña en este último tramo para reafirmarse como el voto útil. En una entrevista con este diario, la candidata aseguró que no darán sus votos al Partido Nacionalista Vasco. Si hay posibilidad de un gobierno entre EH Bildu y el PSE, se inclinarán por esta opción, aunque el escenario más probable es que los jeltzales y los socialistas retengan mayoría absoluta sin necesidad de un pacto con Sumar o Podemos. 

“No podemos perder ni un solo voto. El voto a la izquierda confederal no nacionalista tiene que ser para Sumar”, decía este viernes Alba García, la candidata de la coalición en la que también se integran Ezker Anitza-Izquierda Unida, Berdeak Equo y Más Euskadi. “Vota a quien cumple lo que promete, a quien avanza. Decide pensando en el futuro de Euskadi. Si tienes dudas, vota a Sumar. Si quieres que les obliguemos a bajar los alquileres, vota a Sumar”, ha insistido.

También Gorrotxategi ha tratado de explotar durante la campaña la máxima de que su formación es la única que garantiza un gobierno de izquierdas. “EH Bildu lleva tiempo escribiendo en sus documentos políticos que su intención consiste en hacerse con los votos de Podemos. Es legítimo en política. Pero el voto útil… ¿para qué?¿Voto útil para que gobierne la derecha?”, dijo en una entrevista con elDiario.es. 

En esa conversación también cargó contra los independentistas vascos por su defensa de un modelo de escuela público-privada. “Lo que ve como algo impensable e inconcebible en el Servicio Vasco de Salud lo ve con buenos ojos en el ámbito de la educación”, criticó. 

En los últimos días, Elkarrekin Podemos también ha pasado al ataque contra Sumar después de optar por una estrategia al inicio de la campaña de no agresión. Gorrotxategi aprovechó el bloque de Sanidad del debate del Grupo Prisa este viernes para reprochar a la candidata de Sumar las palabras de la ministra de Sanidad, Mónica García, sobre la colaboración público-privada en materia sanitaria.

“Como su discurso es completamente distinto le pregunto si lo comparte”, le planteó la cabeza de lista de Elkarrekin a García. “No he escuchado las palabras pero jamás defenderé la colaboración público-privada y jamás defenderé que se juegue con la sanidad pública y jamás defenderé tampoco irnos a la política madrileña para rascar unos votos”, respondió García en un cruce poco habitual en esta campaña. 

El viernes pasado, el ex secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, acudió a un mitin en Bilbao para respaldar a Gorrotxategi en el que habló de “la izquierda que no sirve para nada” en referencia a la presencia de Sumar en el Gobierno. “Asumir que no se puede criticar el poder mediático, que hay que ser en última instancia un apéndice del PSOE, que hay que decir que la visita de la OTAN en Madrid se recibe con alegría y regocijo, que es legítimo enviar armas a Ucrania, que hay que ser una izquierda que no sirve para nada”, dijo. 

En el cierre de este viernes, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha profundizado en esa idea. “Cada vez más gente se da cuenta de que con Podemos en el gobierno del estado se hacían cosas y ahora no”, ha dicho en el mitin. “Nos decían que no hiciéramos ruido. Bendito ruido el que hacía lo que el PSOE no quería hacer. Ley de vivienda, ley trans, tope al gas. Hay que ir más allá de los límites del PSOE pero para eso hace falta ruido y cosas”, ha dicho.

Belarra también ha aprovechado para lanzar un dardo a Mónica García a cuenta de sus declaraciones esta semana en las que consideró que el gasto militar es bajo en España. “Nunca vais a escuchar a una ministra de Podemos defender el aumento del gasto militar. Como nuestra gente sabemos perfectamente que ese dinero no va a proteger a nuestros mayores, a cuidar a nuestros niñas y niñas”, ha sostenido Belarra.

Previa de las europeas 

El resultado de las elecciones en Euskadi se leerá con detalle en las sedes madrileñas de Sumar y Podemos. Para los de Yolanda Díaz, esta es la primera cita con las urnas después de la asamblea fundacional del 23 de marzo, marcada por la baja participación y por las tensiones previas con los partidos para la articulación del frente amplio. Y se dan apenas una semana después del cierre de las negociaciones para las europeas que han acrecentado aún más las desconfianzas con esas formaciones. 

Por eso para el proyecto de la vicepresidenta segunda es vital un buen resultado que insufle algo de confianza para el resto del ciclo electoral, con catalanas y europeas a la vuelta de la esquina, y que acalle esas tensiones internas que crecen desde la ruptura con Podemos y el posterior batacazo electoral en Galicia, donde se quedaron sin representación. 

Pero sobre todo serán un primer test real –en Galicia, Podemos nunca tuvo opciones de entrar en el Parlamento– de cómo se configura la correlación de fuerzas entre la coalición y el partido de Belarra. Aunque no tiene mucho sentido extrapolar lo que ocurra en Euskadi a un escenario estatal, si la formación morada consigue representación o incluso se sitúa por delante de Sumar –más improbable según las encuestas– podrá defender que no están tan muertos como sus rivales habían pronosticado. 

Todo antes de las elecciones europeas que serán claves para medir las fuerzas de cada formación en una primera pugna estatal. Podemos, en declive en las encuestas de ámbito nacional, ha fiado su futuro político a esos comicios en los que ha puesto a Irene Montero como candidata. Sumar, que en sus peores pronósticos cuenta con sacar cuatro europarlamentarios, espera que esas elecciones reafirmen el espacio político, entierren la pelea con Podemos y sirvan de disparador para la asamblea constituyente de otoño. 

Hace apenas unos días, en mitad de las negociaciones para esa lista de europeas, Izquierda Unida planteó públicamente la necesidad de que Sumar recuperase a partidos como Podemos en un futuro proceso de reconfiguración del espacio político. “Un proceso de suma no puede ser un proceso donde se pierdan a compañeros y compañeras”, dijo el coportavoz y responsable de Organización de IU, Ismael González.

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