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Las otras Coca-Cola: ¿qué pasa después de un ERE nulo?

Protesta de trabajadores de Coca-Cola. EUROPA PRESS

Ana Requena Aguilar

Madrid —

La sentencia que declaraba nulo el ERE de Coca-Cola no ha sido la primera en la que los tribunales ordenan la readmisión de la plantilla. Tras el espaldarazo que supone para sindicatos y trabajadores un fallo favorable, toca decidir cómo llevar a cabo ese proceso de readmisión, una negociación que no siempre es fácil.

La confusión impera porque en la mayoría de los casos la empresa recurre al Supremo y aún no se ha solucionado la readmisión. ¿Qué sucede con las indemnizaciones ya pagadas?, ¿cómo hacer cuando una planta ya está cerrada?, ¿qué pasa si la empresa recurre? Aquí, tres casos.

Tenneco. El 5 de septiembre de 2013, la empresa Tenneco presentó un ERE para el total de su planta en Gijón (con 216 trabajadores) por causas organizativas, económicas y de producción. Desde ese día, los trabajadores se organizaron para buscar apoyos y dar a conocer a su caso de una forma muy parecida a lo que pocos meses después hizo la plantilla de Coca-Cola. “Conseguimos crear una gran conciencia social, ahí donde había un evento estábamos nosotros y en poco tiempo mucha gente nos conocía”, cuenta el delegado de CCOO en el comité de empresa, César González. Las negociaciones con Tenneco no fructificaron y la empresa aplicó del despido colectivo de forma unilateral, un expediente que los sindicatos recurrieron. Pidieron, además, medidas cautelares para evitar que la mercancía se moviera de la planta de Gijón y complicara una posible reincorporación de la plantilla.

En febrero, el Tribunal Superior de Justicia de Asturias declaraba nulo el ERE, que considera no se negoció de buena fe, y ordenaba la readmisión de los empleados. Aunque Tenneco ha recurrido al Tribunal Supremo, los contactos de los trabajadores han funcionado y el propio presidente de la multinacional se ha comprometido a no cerrar la planta de Gijón. Empresa y sindicatos han negociado durante semanas hasta llegar a un acuerdo: 85 trabajadores se acogerán a prejubilaciones, mientras que el resto de la plantilla se quedará como indefinidos.

“La planta está cerrada y hay que poner a tono las máquinas y los productos químicos, así que iremos entrando por fases hasta que todo funcione y ya nos incorporemos todos. Desde que empecemos, el proceso completo puede llevar unos 20 días”, calcula González. En cuanto a las indemnizaciones que ya percibieron los trabajadores, el sindicalista admite que se trata de una situación complicada. “Hay gente con cuentas embargadas. Es algo que tenemos que ver, pero tiene que quedar claro que el problema lo han creado ellos”, dice.

Air Europa. La aerolínea presentó a comienzos de 2012 un expediente de regulación de empleo que afectaba, entre otros, a 44 pilotos. 29 de ellos, auspiciados por el sindicatos de pilotos Sepla, recurrió el expediente, que fue autorizado por la administración (aún no había entrado en vigor la última reforma laboral, que eliminó esa autorización previa). Dos años después, la Audiencia Nacional ha dado la razón a los trabajadores, ha anulado el despido colectivo y ordenado su readmisión inmediata.

La sentencia se basa en tres puntos fundamentales: la empresa no negoció el expediente, y no cumplió algunas cláusulas del convenio, por ejemplo, la que señalaba que Air Europa no podría llevar a cabo un despido de pilotos mientras se externalizaba trabajo a otras compañías o que, en caso de ERE, serían los trabajadores con menos antiguedad los primeros en ser incluidos.

La empresa ha recurrido la sentencia ante el Tribunal Supremo y, aunque el Sepla tiene plena confianza en que ratificará el fallo, la negociación no sería fácil. “Muchos de los pilotos están trabajando en otro país porque antes de quedarse de brazos cruzados decidieron irse en busca de un trabajo. Otros sí que están en paro, mientras que algunos, que eran comandantes, aceptaron una oferta posterior de la empresa para ser copilotos cobrando menos. Sabemos que hay intereses dispares y que la negociación sería muy compleja, pero también depende del talante de la empresa, que hasta ahora no quiere saber nada”, explica el portavoz del Sepla en Air Europa, Luis Crespi. De momento, la empresa no ha mostrado interés en comenzar el diálogo.

Tragsa. Fue el mayor ERE hecho en una empresa pública: 726 trabajadores a la calle. Tragsa alegó “insuficiencia presupuestaria”, una razón que la sentencia de la Audiencia Nacional declaró que la empresa no cumplía con exactitud. El fallo, que declaró nulo el expediente y ordenaba la readmisión de los trabajadores, mencionaba también otras razones: la forma en la que se seleccionó a los trabajadores que formarían parte de los despidos y que Tragsa y su filial Tragsatec formaban un grupo empresarial a efectos laborales.

Hasta el momento en que se ejecutó la sentencia, la empresa había ejecutado 140 de los 726 despidos, que afectaban a diferentes centros de trabajo repartidos por España. Dos semanas después de que la Audiencia hiciera pública su decisión, esos 140 trabajadores se reincorporaron a sus puestos de trabajo. “Esas personas ya están trabajando en sus centros, al tratarse de una empresa pública el proceso fue más rápido”, dice el presidente del comité intercentros de Tragsa, Ángel Hernández, de UGT.

No obstante, la empresa recurrió el fallo ante el Tribunal Supremo. “Siguen empeñados en hablar de ERE o de rebajas salariales, no han cambiado su postura”, puntualiza Hernández. ¿Y qué pasa con las indemnizaciones de 20 días por año trabajado que ya habían cobrado? “En tanto que la sentencia no sea firme no hay obligación de devolverlas, pero estamos recomendando que la gente lo haga”, explica el sindicalista.

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