Ruta por la arquitectura vanguardista española

El Metropol Parasol, o más conocido como "las setas", se ha convertido en uno de los principales atractivos de la ciudad de Sevilla.

Roberto Ruiz

Cuando la arquitectura desafía la ley de la gravedad, rompe con lo establecido, va contra la lógica y se arriesga a innovar es cuando sin duda nacen los edificios más vanguardistas que puedas imaginar. Huimos de lo establecido para visitar algunas de las obras más transgresoras de la geografía española, esos lugares que surgieron llevando la contraria con voces a favor y en contra porque fueron incapaces de dejar a nadie indiferente. Sevilla, Valencia, Bilbao, Barcelona, Elciego y Tenerife son un buen ejemplo de ello.

Metropol Parasol, Sevilla

No sin la controversia que siempre rodea el levantamiento de una edificación vanguardista en un entorno clásico, Sevilla luce orgullosa desde 2011 su Metropol Parasol, una enorme estructura de 26 metros de altura más conocida entre los sevillanos como “las setas”. Esta construcción obra del arquitecto alemán Jürgen Mayer se ubica en la céntrica Plaza de la Encarnación y donde antiguamente hubo un mercado de abastos 37 años después se levantó este innovador proyecto que alberga uno nuevo. Seis grandes parasoles de madera con forma de setas ofrecen desde un sistema de pasarelas superior una de las mejores vistas de Sevilla, además de un bar en las alturas y un Antiquarium en el sótano con importantes restos arqueológicos de época romana. Hoy “las setas” son el tercer monumento más visitado de la ciudad y portada de las mejores guías de viajes.

Ciudad de las Artes y las Ciencias, Valencia

Es, además de uno de los mayores reclamos de Valencia, posiblemente también la obra más destacada de los arquitectos Santiago Calatrava y Félix Candela. Este gran complejo de diseño vanguardista acoge uno de los mayores centros de divulgación científica y cultural de Europa, con estructuras de formas imposibles, y ofrece una nutrida oferta de exposiciones, conferencias, talleres y visitas relacionadas con la ciencia, la tecnología, el arte y la naturaleza. La Ciutat de les Arts i les Ciències (en valenciano) se compone de seis complejos distintos: el Hemisfèric (con cine IMAX), el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, el Oceanogràfic (el mayor acuario de Europa), el Umbracle, el Palau de les Arts Reina Sofía (orientado a la ópera) y el Ágora (para conciertos y otras actividades). Desde que fue inaugurado en abril de 1998 la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia no ha hecho más que crecer.

Museo Guggenheim, Bilbao

Más allá de ser un museo de arte contemporáneo el Guggenheim de Bilbao es una obra de arte en sí mismo. Su diseño es cosa del arquitecto canadiense Frank Gehry y se ubica en la orilla de la ría de Bilbao, en la zona de Abandoibarra, en el barrio de Abando. Desde que fue inaugurado en 1997 ha recibido una media que supera el millón de visitantes al año. Muchos de ellos amantes de las obras de arte, pero todos sin duda atraídos por la originalidad de su edificación curvilínea basada en la piedra caliza, el cristal y las planchas de titanio. El museo forma parte de la Fundación Solomon R. Guggenheim y tan conocidos como él son su perro floral y la araña gigante que adornan sus exteriores.

Torre Glòries, Barcelona

Es uno de los símbolos de Barcelona y aunque seguramente la conozcas como Torre Agbar su nombre actual es Torre Glòries. Este edificio diseñado por Jean Nouvel y de 145 metros de altura es el tercer rascacielos más alto de Barcelona. Su característica estructura apepinada se inspira por un lado en los campanarios de la Sagrada Familia de Antoni Gaudí pero también en los pináculos de la montaña de Montserrat, y desde luego sus formas dan rienda suelta a la imaginación a la hora de ser nombrada. Está recubierta de vidrio y aluminio pero lo que más llama la atención es su iluminación nocturna. La torre cuenta con 4.500 luces LED que permiten iluminar con hasta 16 millones de colores la totalidad de su fachada por lo que es tan recomendable visitarla de día como de noche.

Bodegas Marqués de Riscal, Elciego

Si conoces el Guggenheim de Bilbao ¿adivinarías quién diseñó este edificio de las bodegas Marqués de Riscal? Efectivamente, el canadiense Frank Gehry. En la localidad de Elciego, en la Rioja alavesa, la bodega Marqués de Riscal creó en 2006 su Ciudad del Vino, un complejo con el que la empresa renovó una de las bodegas más antiguas de la zona, e incluyó en ella un hotel de lujo bautizado como Hotel Marqués de Riscal. Para su diseño contaron con la mente privilegiada de Frank Gehry, que tras degustar con el equipo de la bodega una botella de vino de su año de nacimiento (1929) aceptó gustoso este nuevo reto. El diseño mantiene la tradición e historia del lugar pero con el característico toque vanguardista de Gehry: “Tenía que ser algo festivo, algo apasionante, porque después de todo el vino es alegría y placer”. Al igual que el Guggenheim este hotel está terminado en titanio pero en esta ocasión Gehry reflejó en él los colores del vino.

Auditorio de Santa Cruz de Tenerife

Y volamos hasta las islas para volver a hablar de Santiago Calatrava. En Santa Cruz de Tenerife, en las Islas Canarias, el arquitecto valenciano dio forma al edificio del Auditorio de Santa Cruz de Tenerife que fue inaugurado en 2003. De formas totalmente reconocibles y con una cubierta que desafía la ley de la gravedad, este auditorio ofrece en su interior dos salas: la Sala Sinfónica, con una capacidad para 1.616 butacas, y la Sala de Cámara, con 422 localidades. De color blanco y hecho de hormigón también es especialmente recomendable visitar el auditorio una vez que cae la noche, cuando una cuidada iluminación resalta sus formas junto al mar.

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