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The Guardian en español

¡Que vienen los rojos! La Casa Blanca da la voz de alarma ante el auge de la izquierda

¡Larga vida a la Tercera Internacional Comunista! | Serguéi Ivanov

David Smith

La historia se repite, decía Karl Marx. La primera vez, como tragedia. La segunda, como farsa. Durante la “amenaza roja” de los años 50, el estado de alerta era por los comunistas afines a la Unión Soviética que acechaban en cada esquina de Estados Unidos. Este martes, la Casa Blanca ha vuelto a la carga. Esta vez, levantando el espectro de Marx, Bernie Sanders y las madres trabajadoras de Suecia.

La señal de alarma llegó en el informe del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca previo a las elecciones: “Coincidiendo con el bicentenario del nacimiento de Karl Marx [mayo de 1818], el socialismo vuelve a aparecer en el discurso político estadounidense. Las detalladas propuestas políticas de candidatos autodenominados socialistas están ganando apoyo en el Congreso y entre los votantes”.

Otra “coincidencia” es la fecha de publicación del informe, justo en el contexto de las elecciones de mitad de mandato. No hace falta demasiada imaginación para prever un bucle en el que el presentador del canal Fox News, Sean Hannity, cita el estudio como prueba de la amenaza existencial que plantea el socialismo y Donald Trump, a continuación, habla y tuitea sobre el tema.

Con el título 'Costes de oportunidad del socialismo', el informe ha sorprendido a muchos analistas. Lo interpretan como un intento republicano de neutralizar el tema de la sanidad, donde los demócratas se pueden anotar una victoria, tapándolo con informes en los que se habla de El Capital y de las locuras de “la China maoísta, Cuba y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS)”.

Bernie Sanders, senador por Vermont y autodenominado socialdemócrata, defiende el ‘Medicare para todos’, un sistema de salud de un solo pagador que en diez años podría costar alrededor de 28,6 billones de euros. De acuerdo con una encuesta publicada por el periódico USA Today, un poco más de la mitad de los demócratas que se presentan en estas elecciones al Congreso respaldan ese enfoque.

Pese a ello, en términos generales, la mayoría del Partido Demócrata sigue claramente a la derecha del Partido Laborista británico y de sus homólogos en el resto de Europa. “Somos capitalistas, y así es como es”, afirmó el año pasado la líder de la oposición demócrata en el Congreso, Nancy Pelosi.

Condimentado con la clásica terminología marxista, el informe afirma: “Las soluciones propuestas incluyen sistemas de un solo pagador, altas tasas impositivas (‘de cada uno según su capacidad’), y políticas públicas que entregan gran parte de los bienes y servicios de la nación 'gratuitamente' (‘a cada uno según sus necesidades’)”. En él también se dice que si el ‘Medicare para Todos’ “se financiara con impuestos más altos, el PIB caería un 9%, o alrededor de 7.000 dólares por persona en 2022”.

En un resumen ejecutivo, se cita una frase de la exprimera ministra británica Margaret Thatcher: “A los gobiernos socialistas... siempre se les termina el dinero de otros”. El camino hacia la prosperidad es que el Estado dé al “pueblo más opciones para gastar como quiera el dinero que es suyo”.

Los regímenes comunistas autoritarios, sostiene el informe, también se hicieron con el control de la agricultura, lo que llevó a una producción de alimentos sustancialmente menor y a decenas de millones de muertes por hambre. Para sus autores, la crisis actual en Venezuela demuestra que las distorsiones persisten incluso cuando el socialismo se da en países democráticos e industrializados: “Producen menos en vez de más”.

La publicación también critica a los países nórdicos que los partidarios de las políticas de izquierda suelen usar como casos de éxito socialista. En primer lugar, dice, las políticas de los países nórdicos no corresponden realmente al socialismo tal y como lo definen los economistas. En segundo lugar, “el nivel de vida en los países nórdicos es al menos un 15% inferior al de Estados Unidos”. Y si Estados Unidos hubiera adoptado políticas nórdicas a partir de los años setenta, “su PIB real habría disminuido al menos un 19% a largo plazo, es decir, unos 11.000 dólares al año para el ciudadano medio”.

En lo referido a las famosas políticas de los países nórdicos sobre el cuidado de los niños, el informe cita una reflexión del economista Sherwin Rosen sobre Suecia, donde “muchas mujeres trabajan en el sector público para cuidar a los hijos de otras mujeres que trabajan en el sector público cuidando a los padres de las mujeres que cuidan de sus hijos. Si unas mujeres suecas cuidan a los padres de otras a cambio de que esas otras cuiden a sus hijos, ¿cuánta producción adicional se obtiene?”.

El informe pasa de los horrores del estalinismo al coste de una pick up. La Ford Ranger comienza en 24.300 dólares en los EEUU, destaca, comparado con los 40.500 dólares que cuesta en Finlandia. Poseer y mantener una pick up también es más caro en Suecia, Noruega y Dinamarca. De lo que no dice nada el informe es de las diferencias en los sistemas de transporte público ni del impacto en el cambio climático.

Durante una teleconferencia con periodistas, el presidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, Kevin Hassett, agregó una enigmática aclaración: “Los ingresos de las personas de origen nórdico actualmente viviendo en los Estados Unidos, es otra manera de verlo, son aproximadamente un 30% superiores al promedio nacional, es decir, que sus ingresos son alrededor de un 50% mayores que el promedio de las personas viviendo en su país de origen”. “Así que si te vas de Escandinavia para mudarte a EEUU puedes esperar que tus ingresos crezcan un 50%”, añade. Según el Banco Mundial, la esperanza de vida en Suecia es de 82,2 años. En los Estados Unidos es de 78,69.

La reacción al informe en Twitter parece contradictoria. “Deberíamos alegrarnos de que el gobierno de Trump emprenda iniciativas inútiles y vergonzosas desde el punto de vista intelectual. Significa que no están haciendo cosas malas y con consecuencias”, publicó la ONG Public Citizen. “El mero hecho de que el Consejo de Asesores Económicos se sienta obligado a defenderse contra la declarada 'reaparición' del socialismo es algo muy, muy bueno”, escribió Scott Ferguson, un académico de Tampa, en Florida.

A lo largo de la campaña, los demócratas han descubierto que la atención sanitaria es la preocupación principal para muchos votantes. La publicación del informe por parte de la Casa Blanca es la continuación de una polémica columna de opinión firmada por Trump en la que se decía que la nueva ola de candidatos demócratas estaba formada por “socialistas radicales que quieren seguir el ejemplo de Venezuela para la economía de Estados Unidos”. La afirmación fue ampliamente desmentida por los especialistas en verificación de datos.

Michael Cornfield, profesor de gestión política en la Universidad George Washington de Washington, dice que “encontró la publicación intelectualmente respetable”. “Pude ver en el informe un resumen de buenas preguntas para hacerle a Sanders y a [Alexandria] Ocasio-Cortez. Por supuesto, también me doy cuenta de que lo imprimirán para agitarlo como una bandera roja en los mítines de Trump. La palabra 'socialismo' activa la sirena de alarma en el cerebro de las personas a la derecha del centro (…) Lo que convenientemente se deja fuera en esta representación es que la gran mayoría de los candidatos demócratas de este año no son socialistas”, añade.

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