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The Guardian en español

Quién es Matteo Salvini, el extremista xenófobo que podría ser el próximo primer ministro de Italia

Matteo Salvini en una rueda de prensa en Milán en 2015.

Stephanie Kirchgaessner

Roma —

Durante años, Silvio Berlusconi apenas ocultaba su desprecio por su socio de coalición, Matteo Salvini, que era más agresivo, menos elegante y que estaba mucho más a la derecha que el exprimer ministro conocido como il Cavaliere.

Las grandes figuras del establishment en Roma y Bruselas creían que Salvini, líder de La Liga –la antigua Liga Norte–, iba a quedar siempre bajo el control de Berlusconi.

Pero el lunes quedó claro que el caballero ha perdido su duelo final, ya que el partido de Salvini sacó más votos que Forza Italia en las elecciones generales.

Fue un resultado que no sólo marcó el final definitivo del reinado de Berlusconi sobre la derecha italiana, sino que reveló un cambio fundamental en el panorama político del país. Ahora es mucho más derechista, populista, antiUE, proKremlin, antiOTAN y profundamente xenófoba.

Durante la campaña electoral, Berlusconi intentó adoptar la retórica más agresiva de Salvini, de 44 años, incluida la reclamación de que centenares de miles de migrantes sean deportados. Sin embargo, los votantes decidieron que las exigencias de Salvini contra la inmigración parecían más auténticas.

Su ascenso a lo largo de años, desde que era el presentador de un programa de radio de La Liga Norte, donde recibía las llamadas de los oyentes, hasta que se hizo con el control del partido ha estado lleno de incidentes en los que sus alegatos racistas atrajeron la atención de los medios de comunicación.

Consiguió notoriedad cuando pidió que se destruyeran los campamentos de gitanos y por su defensa del fascismo con la sugerencia de que, durante la dictadura de Benito Mussolini, hubo aspectos positivos.

Después de que un ultranacionalista italiano disparase a seis migrantes africanos en la recta final de la carrera electoral, Salvini sugirió que había sido la crisis migratoria la que había provocado que se instigase a la violencia.

“Salvini tiene la oportunidad de dar forma al centroderecha, porque sin Berlusconi, Forza Italia se derrumba. Es un espectáculo de un solo hombre”, explica el analista Wolfango Piccoli. Destaca también las victorias aplastantes de La Liga en sus feudos tradicionales del Véneto y Lombardía, regiones que aportan el 30% del PIB de Italia.

Salvini también ha atacado a la OTAN, sugiriendo en 2016 que Italia podría salir de la alianza por perjudicar los intereses económicos del país en su enfrentamiento con Rusia.

En sus primeros comentarios después de las elecciones del domingo, ha considerado todo un éxito haberse hecho con el 18% del electorado, un salto significativo tras el 4% que obtuvo en 2013. Dijo que se trata de “una victoria extraordinaria”. Forza Italia ha obtenido alrededor de un 14% de los votos.

Los dos partidos acordaron que el partido que obtuviese más votos podría elegir al próximo primer ministro si su coalición llegaba al poder. Esto, según los resultados preliminares, todavía no está del todo claro.

Salvini dijo también que todavía no había tenido noticias de su “amigo” Berlusconi. “Hablaremos más adelante, pero los acuerdos entre amigos están claros”, concluyó.

Traducido por Cristina Armunia

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