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ENTREVISTA | Alberto Lafuente

La estrategia que llevó a La Rioja a detectar más casos que ninguna otra comunidad: “Hemos realizado PCR a casi todos los sospechosos”

Alberto Lafuente, Director del Área de Salud de La Rioja

Laura Galaup

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Al inicio del brote, durante las primeras semanas de marzo, La Rioja se situó entre una de las comunidades que registraron un mayor impacto de transmisión del virus.  Dos meses después esta región ha conseguido convertirse en la que ha detectado el mayor porcentaje (40%) de casos reales de infección, según la primera oleada el estudio de seroprevalencia ENE-COVID desarrollado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII). El director del Área de Salud de La Rioja, Alberto Lafuente, explica en una entrevista con eldiario.es la importancia que han tenido los rastreos y las realización de pruebas para obtener ese resultado. 

Fernando Simón ha destacado a La Rioja como la comunidad que más porcentaje (40%) de casos había detectado sobre la estimación del estudio de seroprevalencia. ¿Cómo lo han conseguido?

Desde el primer momento teníamos claro que teníamos que ir a hacer pruebas muy focalizadas, porque era un momento de una prevalencia muy alta. Hemos conseguido estos resultados porque lo teníamos muy claro y la Atención Primaria ha sido un apoyo fundamental. Desde el primer momento teníamos muy claro que teníamos que diagnosticar de una forma objetiva y, sobre todo, tenía que ser gold standar [pruebas de diágnostico con la mayor fiabilidad]. También es verdad que en cuanto le comentamos este tema a los sanitarios fueron los primeros que lo empujaron, porque entendían que era la única forma de saber realmente lo que estaba pasando. 

¿Cree que las características propias de la una comunidad como La Rioja han contribuido a contener la epidemia?

Es una pandemia global. No creo que haya una única causa por la que se pueda contener el virus, sino que es multifactorial. Es cierto que La Rioja no tiene tanto movimiento como Madrid u otras ciudades, pero al final tenemos el Camino de Santiago, tenemos mucho turismo. 

¿Cómo trabajan los equipos de detección? ¿Tienen una estrategia distinta para realizar el seguimiento de casos desde que su autonomía está en la fase 1 ? 

Al cambiar de fase hemos cambiado la estrategia, porque ahora la prevalencia es mucho menor que cuando tuvimos el pico. Por lo tanto, ahora nuestra estrategia la hemos basado en la Atención Primaria, con unidades Covid, gestionadas sobre todo por personal de enfermería para hacer ese rastreo. Estamos intentando hacer el rastreo a los contactos estrechos y hacer las pruebas que son necesarias para detectar sobre todo asintomáticos positivos. Estamos en otra foto totalmente distinta y tenemos que adaptarnos. Hay que ser muy proactivos e intentar detectar a los asintomáticos positivos.



¿Cómo ha funcionado el rastreo antes de llegar a la fase 1? 

Sobre todo ha sido gracias a la Atención Primaria. En cuanto detectaba a los pacientes con síntomas, directamente les hacían la PCR en domicilios o centros de diagnóstico móviles, lugares a los que los pacientes venían en su propio vehículo y se les hacía la prueba. De esa forma, podríamos decir que a casi todos los sospechosos, por no decir a todos, les hemos realizado la PCR.

¿Han reforzado las plantillas para continuar con el rastreo? 

Lo que hemos hecho ha sido adaptarnos a las nuevas circunstancias. Es una inversión en salud, no es un gasto. Es una inversión para poder llegar al diagnóstico de todo el mundo. En cuanto se detectaba, comenzaba la cuarentena en su domicilio, dependiendo del estado de gravedad. Vamos a continuar manteniendo el personal, esto no se ha terminado. La pandemia lo que nos ha enseñado es que hay que potenciar la Atención Primaria por encima de todo.

¿Cómo están reforzando la plantilla?

A todos los niveles, con profesionales médicos, enfermería y auxiliares. Estamos hablando de una plantilla de 350 personas más. Creo que es un número que nos ha dado flexibilidad para llegar a hacer una atención precoz en la fase inicial y en esta segunda fase para poder llegar a hacer el rastreo. Con estos refuerzos hemos seguido las directrices tanto del Ministerio como de la OMS. 

Después de semanas de confinamiento, ¿creen que las costumbres de la sociedad en La Rioja han cambiado? ¿Perciben un cambio social?

Nos ha enseñado muchísimo la fase anterior. Es verdad que se ve que la gente empieza a moverse. Nosotros pedimos que se mantenga la concienciación del lavado de manos o del distanciamiento social. No nos podemos relajar, esto no ha terminado: va a continuar en el tiempo con diferentes brotes. Nosotros lo que tenemos que hacer es concienciar a la gente de que la epidemia ha venido para quedarse durante un tiempo.

Durante estos primeros días de fase 1, ¿han notado algún indicio de repunte de contagios?

Tenemos la suerte de tener un cuadro de mando integral muy potente, con bastantes indicadores y variables. Con los datos objetivos no nos está dando la sensación de que haya ningún repunte. Todavía estamos en la fase de incubación –durante los primeros 14 días– pero es verdad que tanto la tasa de crecimiento, como la presión asistencial COVID-19 en urgencias y la R0 parece que siguen estables. Mientras tanto, tenemos que seguir con el rastreo, rastreo, rastreo, hasta conseguir que no se nos escape ningún asintomático positivo. 

Al inicio de la pandemia, La Rioja fue unas de las comunidades más afectadas por el virus, ¿qué plan trazaron para reducir los contagios? ¿Qué criterios se tuvieron en cuenta?

La Organización Mundial de la Salud y el Ministerio nos marcaron unas directrices. A partir de ahí, lo que hemos hecho ha sido ser muy proactivos, que es lo que siempre se nos ha ido pidiendo para el control de la pandemia. Sobre todo, hemos tenido en cuenta la planificación y la coordinación de todo el servicio.

Semanas después, revisando cómo se trabajó durante los primeros días de la pandemia, ¿creen que se cometió algún error o que no se calibró bien el peligro del brote? 

Cuando empezamos a detectar el brote hemos tomado decisiones en tiempo real. Según lo hemos detectado, lo hemos tratado y, sobre todo, lo hemos intentado diagnosticar y perimetrar de una forma correcta para saber lo que estaba ocurriendo realmente. Ahí, las pruebas diagnósticas nos han ayudado mucho. Para eso hemos realizado un trabajo en equipo muy importante, donde todos los profesionales, desde salud pública a Atención Primaria, nos han ayudado de una forma muy notable.

¿Cómo valoran la interlocución con el Ministerio de Sanidad? ¿Han tenido algún desencuentro?

Estamos muy contentos. Todos estamos aprendiendo conjuntamente cómo es el virus, cómo se comporta. La calidad técnica de la gente que está en el Ministerio es indudable. En ese sentido estamos contentos, compartiendo todas las experiencias y los conocimientos. Estamos todos leyendo hasta el último paper para ver qué está ocurriendo, cómo va la vacuna y los posibles tratamientos. Lo más importante son las sinergias que se crean. Hay que tener claro que no tenemos un manual de la COVID-19.

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