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Pedro Sánchez prepara un Gobierno con una veintena de carteras para aprobar sus primeras medidas este viernes

Pablo Echenique, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, María Jesús Montero, Adriana Lastra, Pedro Sánchez, Alberto Garzón, Pablo Iglesias y Santos Cerdán, en el Congreso tras la firma del acuerdo / Dani Gago

Irene Castro / Andrés Gil

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Correr rápido sobre hielo fino. Es el mantra del Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos después de que, como estaba previsto, Pedro Sánchez haya logrado la investidura este 7 de enero, a la que se ha llegado con una tensión máxima por el escaso margen, de dos votos, que tenían los síes a Sánchez sobre los noes: cualquier accidente podía tener como consecuencia una investidura fallida.

Tanto Pedro Sánchez como Pablo Iglesias son conscientes de que la bronca de las derechas organizada este domingo en el Congreso de los Diputados no es una anécdota, sino un aperitivo del tono apocalíptico con el que PP, Vox y Ciudadanos van impregnar toda la legislatura.

Y esa maraña de ruido e insultos, unida a la judicialización de la política, supondrá un cúmulo de obstáculos que el Gobierno deberá sortear en el Congreso mirando hacia adelante, reconocen las fuentes. Mirando hacia adelante a sabiendas de que las derechas, si llegan al Gobierno, intentarán revertir las políticas, como está pasando en el Ayuntamiento de Madrid, por ejemplo.

Así, la primera oportunidad de tomar decisiones será este viernes. El plan previsto es: investidura de Pedro Sánchez el 7 de enero; toma de posesión del presidente, el 8; de los ministros, el 9; y el primer Consejo de Ministros, el 10. Un Consejo de Ministros que se espera adopte las primeras medidas que marquen el perfil social del Ejecutivo de coalición.

El Ejecutivo que presidirá Pedro Sánchez estará compuesto por una veintena de ministros, una cuarta parte de ellos corresponden a Unidas Podemos: el vicepresidente de Asuntos Sociales, Pablo Iglesias; la ministra de Igualdad, Irene Montero; la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz; el ministro de Consumo, Alberto Garzón, y el de Universidades, Manuel Castells.

En el PSOE, por su parte, insistían en que serían “prudentes” hasta que saliera la investidura antes de confirmar la estructura del Gobierno. Sánchez siempre ha dicho que estaba contento con sus ministros, pero reconoció en una conversación informal con periodistas que habría alguna “novedad” respecto al gabinete que le ha acompañado en este último año y medio.

A pesar de eso, ya está confirmada la continuidad de Carmen Calvo como vicepresidenta primera. Será el contrapeso político de los socialistas a Iglesias, pero Sánchez no quiere que sea el único. Calvo seguirá al frente de la Comisión de Secretarios y Subsecretarios que cada miércoles decide los temas que van al Consejo de Ministros de los viernes. Es un órgano al que los socialistas otorgan la máxima relevancia.

José Luis Ábalos seguirá al frente del Ministerio de Fomento. Se trata de una cartera sensible para los intereses económicos y también territoriales, por lo que no es extraño que lo ocupe el secretario de Organización del partido y persona de la máxima confianza de Sánchez.

“Aunque tuvieras Transición Ecológica, elegirías a Teresa Ribera”, le dijo Sánchez a Iglesias durante las negociaciones fallidas del mes de julio, cuando el líder de Unidas Podemos reclamó sin éxito carteras como esa o Trabajo o Hacienda. Ribera seguirá en ese puesto este mandato que el candidato socialista ha dicho que quiere que sea la “legislatura verde” de la lucha contra el cambio climático.

La vicepresidencia económica de Nadia Calviño es otra de las certezas del próximo Ejecutivo, así como que María Jesús Montero seguirá al frente de Hacienda. En los últimos meses ha ganado peso dentro del gabinete y, sumado a su buena sintonía con el grupo confederal, algunas fuentes apuntan a que puede lograr alguna competencia más, como la portavocía, que en Moncloa cuestionan que siga en manos de Isabel Celaá.

A partir de ahí, los socialistas no han desvelado muchos más detalles de sus futuras carteras. La cesión de las competencias de Exteriores a Margarita Robles tras la marcha de Josep Borrell permitió afirmar a algunas fuentes que seguirá al frente de Defensa.

Sánchez tendrá también que rellenar la cuota del PSC, vacía desde la marcha de Meritxell Batet a la presidencia del Congreso. La decisión de Sánchez de sustituir a Manuel Cruz al frente del Senado ha situado al filósofo en las quinielas para la cartera de Cultura.

La idea de Sánchez es desvelar los detalles del Ejecutivo una vez que ha salido adelante su investidura. Hasta hace poco los ministros desconocían su futuro, incluidos los que tenían claro que perdían competencias por la entrada de Unidas Podemos: Magdalena Valerio, Luisa Carcedo o Pedro Duque.

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