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Ciudadanos “estudiará” la propuesta del PP de que se garantice por ley que gobierne la lista más votada

Albert Rivera, votando en las últimas elecciones de Catalunya

Carmen Moraga

Ciudadanos se enfrenta a la disyuntiva de si debe gobernar el partido que saca más votos o escaños en las elecciones, o el que consigue aglutinar una mayoría parlamentaria a base de pactos posteriores. El PP ha anunciado que traerá de nuevo al Congreso su propuesta de reforma de la LOREG para que se garantice por ley que gobierne la lista ganadora. 

Si Rajoy logra sacar esa iniciativa adelante, su partido al menos podría blindarse en aquellos sitios donde consiga ser la primera fuerza política. Pero para ello depende en buena medida de Ciudadanos, que ahora justifica su apoyo al PP de Madrid argumentando que lo hace bajo la premisa de que ha sido el partido “que ha ganado las elecciones”.

Los de Rivera, sin embargo, aseguran que de momento solo se comprometen a “estudiar” la propuesta pese a que a ellos podría beneficiarles ya que las encuestas soplan a su favor y les pronostican un importante sorpasso al PP en 2019.

El debate sobre la posibilidad de que gobierne la lista más votada ya lo abrieron los dos grandes partidos, PP y PSOE, en 2015 antes de que entraran en escena las llamadas fuerzas emergentes, Podemos y Ciudadanos. El Partido Popular no tiene duda de que “el que gana, debe gobernar”. El PSOE, que en un principio también lo defendía, se retractó después de la idea. 

En el Congreso se están ahora estudiando cambios en la ley electoral. Los trabajos van tan lentos que Ciudadanos intentó cambiar fuera de la subcomisión que estudia la reforma de la LOREG las reglas de juego junto con Unidos Podemos, con la esperanza de que se sumara también el PSOE. 

Los de Iglesias y los de Rivera propugnaron llegar a un sistema electoral de proporcionalidad pura en el que cada voto valga igual en cualquier circunscripción. La maniobra irritó a los dos grandes partidos, que rechazaron la idea, porque les perjudicaba.

El PP recupera la idea que llevo al Congreso en 2015

La respuesta no se hizo esperar. Hace escasos días, el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, anunció que su grupo presentará en los próximos días en la Cámara baja una Proposición de Ley para que “los ciudadanos sean los que digan quién gobierna” y “no lo digan extraños pactos o extraños acuerdos hechos de tapadillo en los despacho de alguno y al servicio de los intereses no confesables de otros”, según apuntó.

Como ejemplo de esos “extraños pactos” puso Madrid. “Aquí perdieron los de Podemos, pero gobiernan por el Partido Socialista”, dijo, en referencia a la alcaldía de la capital.

Los populares retan a Ciudadanos a que evite que eso se repita de nuevo y le piden su apoyo para que prospere la iniciativa. Pero la duda se ha instalado ahora en el partido de Rivera. Si la propuesta sale adelante se le puede volver en su contra tras las elecciones de 2019, pese a que son muchas las encuestas que señalan que serán la primera fuerza en muchas autonomías y capitales de provincia.

Pero, ¿y si el anunciado sorpasso al PP no se produce? ¿Y si el PSOE consigue superarles por unos pocos votos o en escaños en algunos parlamentos o importantes municipios? Entonces se verían obligados a tener que dejar gobernar a los de Rajoy o a los de Sánchez, aunque decidieran de todas formas negociar la entrada en algunos de esos gobiernos tras los comicios de 2019.

Ante esa disyuntiva el partido de Rivera se limita a señalar que “estudiará la idea del PP”,  por lo que esperarán a ver el contenido de la Proposición de Ley para, en su caso, negociar con ellos enmiendas al texto. 

Una medida que no figura en el pacto de investidura

En Ciudadanos, no obstante, recuerdan que esa medida en concreto no figuraba entre las 150 que incluía el pacto de investidura que firmaron para que Rajoy gobernara.

En concreto, el punto 97 del acuerdo se redactó de tal manera que se limitaba al compromiso de “impulsar, en el marco del Pacto de Estado por la Regeneración y la Calidad de la Democracia, una reforma del régimen electoral que aborde, desde el consenso parlamentario, entre otras cuestiones, la mejora de la proporcionalidad, la elección directa de los alcaldes, el desbloqueo de las listas electorales, la implantación de sistemas electrónicos en la votación, la mejora de los procedimientos del ejercicio del derecho al voto de los ciudadanos residentes en el extranjero, la reducción de la duración de las campañas y los límites de los gastos electorales”.

Pero el PP logró introducir un añadido a ese punto. “El Partido Popular se reserva la posibilidad de presentar iniciativas que permitan garantizar el Gobierno de la fuerza más votada”. 

La propuesta que quiere traer de nuevo a la Cámara el PP se limita de momento al ámbito municipal dado que la competencia de otros cambios los marcan los Estatutos de Autonomía. En ella se dice que “se establecerá una prima mayoritaria en el caso de que se consiga más del 35 por ciento del voto y que se pueda realizar una segunda vuelta”.

En Ciudadanos defienden también que lo más adecuado es “la elección directa de alcaldes en doble vuelta”. E insisten en que tras las elecciones de 2015 “se fijó el criterio de que la preferencia para negociar era con la lista más votada, pero sin obligación de apoyarla”. 

“Los criterios de pactos los fijaremos cuando haya lecciones y será los órganos competentes quienes los decidirán”, zanjan fuentes de la dirección a eldiario.es

Los cambios de postura de Rivera

Lo cierto es que Albert Rivera ha ido cambiando su discurso a lo largo de estos últimos dos años sobre este asunto. En 2015, cuando el PP insistió en la idea, Rivera sostuvo que en un sistema parlamentario como el de España los gobiernos se deben formar con pactos y alianzas poselectorales.

De hecho, tras los comicios del 20D de ese año, Pedro Sánchez, ante el veto de la dirección socialista a que pactara con Podemos, buscó al líder de Ciudadanos con el que cerró un pacto de legislatura. Rivera desdeñó que el PP había ganado esos comicios. El acuerdo de todas formas fracasó. 

Después, en las siguientes generales del 26J de 2016, el PP volvió a ser la primera fuerza con 14 escaños más. Ciudadanos perdió ocho y el PSOE, cinco. Rivera entonces cambió de bando y apoyó a Mariano Rajoy con el que cerró un acuerdo similar de investidura, esta vez con éxito.

Cuando se le ha reprochado que siga apoyando a Rajoy a pesar de los escándalos que rodean al PP, y de que no está cumpliendo muchas de las medidas que suscribió con él en aquel acuerdo, Rivera responde que al fin y al cabo “es el partido que ha ganado dos elecciones”.

Tras la victoria en Catalunya de Inés Arrimadas en Ciudadanos lamentan que no se haya respetado que fueron la primera fuerza, y que ni siquiera les hayan dejado presidir el Parlament. “Los independentistas han hecho uso partidista de las instituciones”, denuncian, indignados. 

Mientras, en Madrid justifican su apoyo a que continúe gobernando el PP, a pesar de los escándalos de corrupción y el caso Cifuentes, por que “fue el partido que ganó las elecciones en 2015”. “Solo le apoyaremos si presentan a un candidato limpio”, insisten.

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