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AUDIO | Villarejo y otro comisario planearon que policías rasos echaran a “hostias” a unos okupas por 3.000 euros

Conversación grabada por Villarejo con el también comisario Enrique García Castaño

Pedro Águeda

Una conversación en 2005 entre los comisarios José Manuel Villarejo y Enrique García Castaño, ambos mandos de unidades especiales de la Policía en ese momento, extiende la sospecha de las presuntas actividades criminales en el seno del Cuerpo a agentes de la escala básica, de los que tienen encomendado el trato directo con los ciudadanos. En la grabación, a la que ha tenido acceso eldiario.es, los dos comisarios –imputados hoy por graves delitos– planean que agentes de la comisaría de Vallecas cobren 3.000 euros por desalojar con violencia el solar de un empresario amigo suyo.

El encuentro entre ambos comisarios se produjo el 19 de mayo de 2005 en el coche de Villarejo. En ese momento, Villarejo es agente de la Dirección Adjunta Operativa de la Policía, una suerte de liberado al servicio de la cúpula del Cuerpo. García Castaño era jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO), enmarcada en la estructura antiterrorista de la Policía pero que facilita medios de escucha y seguimiento, así como captación de información en fuentes, a otros agentes antiterroristas y también a otros dedicados a combatir el crimen organizado o la corrupción.

En un momento de la charla, Villarejo le recuerda a García Castaño algo que, según apunta la conversación incorporada al sumario de la Operación Tándem, ya le había avanzado con anterioridad. Un constructor amigo suyo tenía una propiedad en Vallecas que unas personas habían ocupado. El jefe de la UCAO le propone decírselo a policías conocidos que trabajan en Vallecas y darles 3.000 euros por que echen a los okupas a “hostias”. García Castaño recomienda que lo hagan agentes “básicos”, en alusión a policías de la escala básica. A Villarejo le parece una buena idea. Él quería tener “un detalle” con los policías que agredieran a los okupas, pero el empresario, un tal “Felisón”, estaba empeñado en pagar.

Otra grabación de cinco meses después, concretamente del 12 de octubre de 2005, revela que los planes siguieron adelante. En ese audio, García Castaño asegura que su conductor Pedro, al que refiere como Pedrito, ha estado en el solar y que “ve muy fácil hacer una perrería”. Y añade que “no hay ningún problema con montar una bronca” y que “lo ve chupao”. Ambos comisarios acuerdan que el día que los policías vayan a sacar por la fuerza a los okupas tiene que haber máquinas cerca para derribar la casa y dos vigilantes jurado preparados para custodiar la demolición. 

La grabación, cuya transcripción fue adelantada por El Español, está incorporada a la causa que se sigue contra García Castaño por revelación de secretos, cohecho, blanqueo y pertenencia a organización criminal, y que el juez Diego de Egea desgajó del caso en el que Villarejo es el principal imputado. De momento, los comentarios referidos no son objeto de investigación, según han confirmado fuentes jurídicas. Los posibles delitos que se podrían haber llegado a producir estarían, en cualquier caso, prescritos, añaden.

Los desalojados iban a ser “tres o cuatro okupas”, unos “piojosetes”, según la descripción que hace Villarejo, quien lleva once meses en prisión provisional imputado por organización criminal, cohecho, blanqueo y revelación de secretos, entre otros delitos. Entre esa charla y su detención pasan doce años, tiempo en el que Villarejo fue condecorado por los Gobiernos de Zapatero y Rajoy con sendas medallas pensionadas.

Villarejo explica a García Castaño que el empresario quiere deshacerse de los okupas sin esperar a una sentencia judicial, que puede demorarse “tres o cuatro años”. “Son jovencitos, deben ser españoles, se han metido y no hay manera”, explica el primero. Enrique García Castaño, conocido como ‘El Gordo’ en la Policía, cree que hay quien puede hacerlo: “Un coleguilla de esos guarros sí lo hace, básicos, básicos…”, en referencia a miembros de la escala básica, esto es, policías y oficiales. Un agente que tiene asignado como conductor, un tal Pedro, vive en Vallecas y puede conocer a los policías que se encargarían, cuenta. “Les dices que se llevan 3.000 euros y lo hacen que te cagas”.

La Fiscalía Anticorrupción cree que ha dado en la Operación Tándem con un “clan policial mafioso” en cuya cúpula estaría el comisario José Manuel Villarejo Pérez, jubilado en agosto de 2016 tras 33 años en la Policía. Villarejo habría utilizado su condición de funcionario público para montar una estructura empresarial paralela desde la que ofrecía todo tipo de servicios a personas acaudaladas, desde dosieres para desacreditar a adversarios, extorsiones, chantajes… García Castaño está acusado de suminitrar información confidencial y reservada a Villarejo para que él elaborara los dosieres que luego vendía a la élite empresarial a precios desorbitados. Todas las piezas abiertas por la Operación Tándem salpican a empresarios.

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