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Vo', el pueblo que pasó de ser un foco de infección a caso de éxito en la lucha contra el coronavirus en Italia

El pueblo de Vo durante el aislamiento el 22 de febrero.

Gabriele Catania

Padua (Italia) —

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Vo' es un pequeño pueblo de unos 3.000 habitantes, uno de los muchos que hay en la región italiana de Véneto. A medida que la epidemia de coronavirus avanza en el país, con casi 50.000 contagios confirmados en total desde los inicios, su caso ha sido puesto como ejemplo: toda la localidad fue puesta en cuarentena y la práctica totalidad de sus habitantes fueron sometidos a las pruebas. En unos días, las autoridades y los expertos lograron neutralizar la propagación del virus.

El pueblo es conocido en la región por sus vinos y por la traquita, una roca muy apreciada en la construcción. En primavera, es fácil ver en sus calles a habitantes de ciudades cercanas, sobre todo Padua y Vicenza, probando los vinos locales y los platos tradicionales como los espaguetis con salsa de pato. Muchos profesionales de Padua, una acomodada ciudad universitaria, tienen allí sus residencias de verano. La tranquilidad es una de las principales características de esta pequeña localidad.

Pero todo cambió la tarde del 21 de febrero, cuando Italia registró su primer fallecimiento de un paciente con coronavirus. Y lo hizo en Vo'. Era Adriano Trevisan, un empresario ya jubilado y padre de la exalcaldesa del pueblo. Trevisan falleció a unos kilómetros de su casa, en el hospital de Schiavonia. La noticia catapultó a Vo' se a medios de comunicación de todo el mundo.

Al principio prevaleció el miedo, pero en 48 horas la situación volvió a estar bajo control. El pueblo fue puesto en cuarentena, y la Policía y el Ejército impusieron controles que cortaron las carreteras de acceso a la localidad. El Ministerio de Sanidad afirmó que en Vo' había un foco de infección.

“El problema de este virus es que es muy contagioso, y que hay individuos asintomáticos, es decir que no presentan ningún síntoma, que sin embargo pueden contagiar a los demás”, explica a eldiario.es Alessio Turetta, propietario de una cervecería y desde hace solo siete meses concejal de Vo' que ha estado implicado desde el principio en la gestión de la crisis.

Pruebas masivas y cordón sanitario

Las autoridades pidieron a los vecinos que se quedaran en casa, y el domingo 23 de febrero se empezó a hacer las pruebas para saber quién había contraído el coronavirus y quién no. “El primer día hicimos unas 250, luego los números fueron creciendo, y llegamos a un promedio de 500 al día. Un día hicimos 800”, añade Turetta.

Las pruebas a la población de Vo' se efectuaron de manera sistemática. El procedimiento se hacía por calles. Turetta afirma que haber hecho el test para detectar el virus al 97% de la gente fue crucial –el 3% restante o no se encontraba en la localidad en ese momento o eran tan mayores que no podían levantarse–. “La diferencia entre Vo' y los municipios de la zona de Lodi [el territorio de Lombardía que es uno de los epicentros de la epidemia de coronavirus en el país], es que nosotros, gracias al apoyo de las autoridades sanitarias regionales, tuvimos la posibilidad de hacer la prueba a todo el mundo, no solo a quienes presentaban síntomas”.

Quien dio positivo, y no tenía síntomas graves, fue puesto en cuarentena en casa. Los casos más severos se transfirieron a la unidad de enfermedades infecciosas del hospital de Padua. La estrategia logró detener la infección.

“Al final del primer control, que terminó el 29 de febrero, resultó positivo el 3% de la población. A la segunda prueba, realizada con el apoyo de la Universidad de Padua y la Cruz Roja entre el 6 y el 8 de marzo, solo el 1% de la población dio positivo”, sostiene Turetta. El buen resultado fue fruto de la colaboración entre las autoridades municipales y de la región del Véneto, los científicos, los médicos, la prefectura [el representante local del Gobierno italiano], Protección civil, las fuerzas del orden y un grupo de alpinos, tropas de montaña del Ejército italiano.

“Logramos un interesante descubrimiento: en el momento en que se diagnosticó el primer caso sintomático, una proporción significativa de la población, alrededor del 3%, ya había sido infectada, aunque la mayoría de ellos eran completamente asintomáticos. Nuestro estudio establece un principio valioso: efectuar pruebas a todos los ciudadanos, tengan o no síntomas, es una forma de controlar esta pandemia”, señalan Andrea Crisanti profesora de microbiología en la Universidad de Padua y Antonio Cassone, exdirector del departamento de enfermedades infecciosas del Instituto Superior de Salud en un artículo publicado en The Guardian.

Además, según indica el concejal, resultó fundamental la creación de un cordón sanitario alrededor de Vo'. Fue tan estricto que ni siquiera las mercancías podían entrar ni salir sin autorización de la prefectura. Finalmente, la actitud de la ciudadanía fue crucial. “Todos siguieron las instrucciones de manera impecable”, dice Turetta. “Incluso después de la primera prueba, cuando se sabía quién era positivo y quién no, la gente se quedaba en casa todo lo que podía”.

Los vecinos, contentos con la gestión

El caso de Vo' es el de una pequeña comunidad donde todo el mundo se conoce, y que nada tiene que ver con la complejidad de metrópolis como Milán, Turín o Madrid. Aun así, varias fuentes médicas entrevistadas por eldiario.es afirman que la experiencia demuestra que “una cuarentena rigurosa funciona”, y que el mismo modelo podría aplicarse en otros pueblos especialmente expuestos al riesgo del coronavirus.

En general, los vecinos se enorgullecen de cómo han evolucionado las cosas: su pueblo se ha convertido en un ejemplo de éxito en la lucha contra el coronavirus en Europa. Algunos de ellos incluso lamentan que se haya eliminado el cordón sanitario alrededor de la localidad, porque “ahora cualquiera puede entrar, mientras que antes nos sentíamos seguros”, dice un vecino que prefiere no revelar su identidad.

Emma Fattin, propietaria de una trattoria de Vo', considera que “si las medidas que se aplicaron aquí se hubieran implementado enseguida en toda Italia, tal vez ahora no estaríamos en esta situación”. “Claro, no es fácil aceptar algo como el cordón sanitario, pero aquí la cuarentena ha funcionado”, añade.

Aunque la opinión no es unánime. Alessandro Toniolo, que gestiona un restaurante con su padre, cree que “la respuesta inicial, con los militares aislando el pueblo con los puestos de control, fue excesiva”. “Se utilizaron medidas que crearon alarma y asustaron a mucha gente. Nuestro restaurante está cerrado, pero estamos funcionando con las comidas a domicilio, como permite la ley. Al menos esto nos da un mínimo de ingresos”, afirma.

Para Turetta, el ejemplo de Vo' puede ser útil para pequeñas localidades de otros países afectados, como España. “Tal vez, seguir la pauta que aplicamos aquí sería la elección correcta. Y aunque no se pueda hacer la prueba a todo el mundo, quedarse en casa y salir lo menos posible está al alcance de todos. Solo una persona de cada familia debería ir a hacer la compra”.

Ha sido duro, admite el concejal. “Todos hicimos un trabajo excepcional, los primeros días trabajamos día y noche. Había tantas cosas que organizar, y tratábamos de informar a los vecinos en tiempo real y con la mayor transparencia posible. Estábamos seguros que en nuestro pueblo en el medio de la nada, tan lejos de las ciudades, el coronavirus llegaría muy tarde. Y en cambio, ocurrió exactamente lo contrario”, indica.

Vo' llevaba días sin nuevas infecciones, hasta este jueves por la noche, cuando se confirmó un nuevo caso positivo. La batalla en este pequeño pueblo de Véneto continúa.

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