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Flex, el “fabricante de colchones de referencia en España” que se lleva la producción a Portugal

Captura de la página web de Flex.

Laura Olías

“El fabricante de colchones de referencia en España”. Así se promociona Flex, empresa española con más de 100 años de historia, que encuentra sus orígenes en 1912 en Zaragoza. Hoy la empresa familiar de los Beteré es una multinacional con presencia en Brasil, Canadá y EEUU, entre otros países. Esta semana la compañía ha acordado un ERE en su fábrica de Getafe (Madrid), que deja en la calle a 61 empleados para llevarse el área de producción a Portugal. La maniobra supone el fin de la fabricación de colchones en España, destacan los sindicatos: “Lo que queda en Salamanca y Sangüesa es auxiliar, de colchón completo no queda nada”.

La noticia del despido colectivo con la que sorprendió Flex a los trabajadores de Getafe es un mazazo para los afectados y la planta del sur de Madrid. “No nos lo esperábamos, veíamos que no apostaban mucho por Getafe, pero el cierre no lo esperábamos”, reconoce Alberto López, delegado de CCOO en la fábrica.

La intención inicial de la empresa era un ERE por causas organizativas para 63 trabajadores, que finalmente ha quedado en 61 personas tras un acuerdo con los sindicatos este lunes, que mejora las condiciones iniciales de salida propuestas por Flex. “Nosotros queríamos mantener la producción, echar atrás el expediente, pero no ha habido manera. Hemos mejorado lo que había, pero la sensación es agridulce”, admite Alberto Cuadrado, delegado de UGT. La asamblea de trabajadores de Getafe respaldó este miércoles por amplia mayoría el preacuerdo alcanzado por el comité de empresa.

Una de las razones por las que los empleados en Getafe no esperaban un ERE es el aumento de las ganancias de la compañía. El año pasado el grupo Flex incrementó sus beneficios hasta los 29 millones de euros, según las cuentas consolidadas de 2018, respecto a los 16,2 millones del año anterior. La multinacional pertenece en un 81% a la familia Beteré y en un 19% a Aurica Capital, la gestora de capital riesgo de Banco Sabadell.

Gran parte del salto en los beneficios de la empresa el año pasado procede de la venta de la fábrica de Getafe, en la que ahora opera en alquiler. Los accionistas se repartieron dividendos por valor de 7,6 millones de euros con cargo a los beneficios de 2018.

Las ventas apenas aumentaron y se resintieron en su principal mercado, la Península Ibérica. De España y Portugal procede el 93% de las ventas y, según sus cuentas anuales, pasaron de 82 a 81 millones de euros. En todos los mercados, alcanzaron los 87 millones de euros, 527.000 euros más que en 2017.

De 'made in' España a Portugal

El ERE y el fin de la fabricación en Getafe también supone un paso relevante en la historia de la compañía, que llegó a tener cerca de una veintena de fábricas en España. Tras el cierre de su planta de Alcalá de Guadaira (Sevilla) en 2011, también para llevarse la producción a Portugal, este es el último paso que vacía las fábricas españolas de la producción del producto estrella de Flex, el colchón, y deja dos únicos puntos de fabricación: Salamanca y Sangüesa (Navarra).

“Pero no producen colchón. Salamanca fabrica bases, tapicería, canapés,...”, explica Alberto Cuadrado. “En Sangüesa sobre todo hacen almohadas” –añade Alberto López–, “puede que haya algo de arreglos y alguna cosa residual, pero la producción de colchón completo como tal se la llevan de España”.

eldiario.es ha preguntado a Flex por este fin de la fabricación del colchón en España, pero la compañía no ha respondido al respecto. En la empresa de los Beteré se limitan a señalar que “el grupo seguirá produciendo en España a través de sus instalaciones en Sangüesa y Salamanca”.

¿Qué ha llevado a Flex a trasladar su producción de España a Portugal? Desde la compañía explican a eldiario.es que “en un contexto de caídas de ingresos continuadas, el objetivo de la compañía es siempre el de garantizar las mejores condiciones posibles para las partes y asegurar viabilidad del mayor empleo posible en el grupo”. Flex señaló en estos días a varios medios, como la Cadena Ser, que se pretende evitar la “duplicidad de costes de dos instalaciones de producción como Getafe y Portugal” y que el centro luso tiene mayor capacidad de abastecimiento para cubrir toda la Península.

Para los sindicatos la respuesta es una y muy concreta: los salarios. “Son el quid de la cuestión”, afirma Cuadrado. “Esta fábrica (Getafe) puede hacer lo mismo que la de Portugal, pero tenemos que competir con unos salarios infinitamente más bajos y una legislación más laxa de la que ya tenemos en España”, coincide López.

Objetivo: salvar el resto de la planta de Getafe

El representante de CCOO señala que hasta el momento Flex ha sido una compañía que ha negociado con los sindicatos y esperaba más margen para mantener la producción en España: “Tenemos los salarios que hemos negociado en convenio hasta ahora. En una decisión con esta magnitud, si solo se mira la rentabilidad y no se tiene en cuenta el tema social, lo que supone la fabricación para esta zona en Getafe...”.

La negativa de la multinacional a conservar este último centro de fabricación de colchón en España era inamovible, aseguran los representantes del comité de empresa, por lo que la meta de los sindicatos pasó a centrarse en mejorar todo lo posible la salida de los despedidos e intentar salvar al resto de trabajadores de la planta de Getafe, 159 personas, que desempeñan otras labores (distribución, atención al cliente, I+D, etc.).

Respecto al primer objetivo, finalmente los despedidos saldrán con “45 días, con un máximo de 39 mensualidades, más un lineal de 5.000 euros”, explican en el comité de empresa. Se saca del ERE a las personas de entre 50 y 53 años y la empresa pagará el convenio especial con la Seguridad Social para los trabajadores con más de 54 años. Además, hay 17 puestos disponibles para la recolocación en otras plantas en España y los representantes de los trabajadores han elegido una agencia de recolocación, “con un programa mínimo de nueve meses”. Los despidos se ejecutarán a mediados de este mes.

El otro reto es el futuro de la planta de Getafe. “Nos preocupan los puestos que se quedan, por ejemplo el I+D ahora que se llevan la producción”, destaca Alberto Cuadrado. Flex tiene dos préstamos públicos concedidos por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), dependiente del Ministerio de Ciencia, “para la financiación de diversos proyectos de innovación y desarrollo de nuevos productos relacionados con equipos de descanso”, según contempla la memoria de sus cuentas, que prevé ejecutarlos hasta 2021.

Alberto López explica que el acuerdo con Flex incluye el “compromiso de que en los próximos tres años la empresa no haga otro ERE con estas causas y que, si lo hay finalmente, se resuelva en estos mismos términos”. El representante de CCOO destaca la importancia de esta “garantía” para el futuro en una empresa que se quedará más debilitada en los próximos años. “Lo que se ha conseguido es por la lucha y fuerza de los compañeros de Getafe, que han hecho mucha presión. Aun así, hay mucha tristeza. Son muchos años con compañeros que se van a la calle, aquí más de la mitad tienen una antigüedad de 15 años. Es una putada”, lamenta López.

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