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El BCE aumenta su artillería contra la pandemia en 600.000 millones y prevé que la eurozona necesitará dos años para recuperarse de la crisis

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

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Christine Lagarde ya avisó tras la sentencia del Tribunal Constitucional alemán que pone en duda las compras extraordinarias de activos del Banco Central Europeo. “Caso omiso, seguiremos imperturbables”, dijo la presidenta del Banco Central Europeo.

Y este jueves el BCE ha tomado una decisión en línea con ese comentario: el Banco Central Europeo ha aprobado aumentar su artillería contra la pandemia en 600.000 millones: gastará 1,35 billones de euros hasta junio de 2021 con su programa de compra de emergencia de la pandemia (PEPP).

Eso sí, el BCE prevé que la eurozona necesite dos años para recuperarse de la crisis. De acuerdo con las previsiones del Banco Central comunicadas por Lagarde –“llenas de incertidumbre”–, prevén una caída del PIB en 2020 del 8,7%, una subida del 5,2% en 2021 y, en 2022, del 3,3%.

Las previsiones del BCE empeoran las de la Comisión Europea, de hace un mes. Según los cálculos del Ejecutivo comunitario, del 5 de mayo pasado, ña economía de la zona del euro se contraerá de media un 7,7% en 2020, y crecerá en un 6,3% en 2021 – la del conjunto de la UE a 27 caerá un 7,4% en 2020 y crecerá alrededor del 6% en 2021, según las previsiones de la UE–.

“La expansión del PEPP apoyará las condiciones de financiación en la economía real, especialmente para las empresas y los hogares”, afirma el BCE: “Las compras continuarán realizándose de manera flexible a lo largo del tiempo, en todas las clases de activos y entre jurisdicciones”.

El banco explica que “la deuda que venza de los valores adquiridos bajo el PEPP se reinvertirán al menos hasta finales de 2022”, con lo cual esos 1,35 billones adquiridos no circularán durante algún tiempo. La decisión de reinvertir los pagos del PEPP debería permitir que el BCE se desvíe más y durante más tiempo de las claves de capital en las compras –parte de las compras de bonos asignadas a cada país–, con lo que gana en flexibilidad.

Esta operación de compras van en paralelo a las de 120.000 millones anunciadas a principios de marzo.

La tasa de interés de las principales operaciones de refinanciación y las tasas de interés de la facilidad marginal de crédito y la facilidad de depósito permanecen sin cambios en 0,00%, 0,25% y -0.50%, respectivamente.

El Consejo de Gobierno del BCE “espera que las tasas de interés clave se mantengan en sus niveles actuales o más bajos hasta que haya visto que las perspectivas de inflación convergen sólidamente a un nivel suficientemente cercano, pero inferior, del 2% dentro de su horizonte de proyección”.

“El Consejo de Gobierno sigue dispuesto a ajustar todos sus instrumentos, según corresponda, para garantizar que la inflación avance hacia su objetivo de manera sostenida, en línea con su compromiso con la simetría”, afirma la comunicación del BCE.

“Sin inmutarnos, no nos intimida”, así respondió Lagarde al Tribunal Constitucional alemán: “Continuaremos haciendo lo mismo. Seguimos imperturbables. El BCE es una institución independiente, guiada por su mandato, que está bajo la jurisdicción del Tribunal de Justicia de la UE y responde al Parlamento Europeo”.

Los jueces alemanes fallaron que los programas de compra de deuda del BCE con vistas a rebajar primas de riesgo –que se centran sobre todo en economías como la española, la italiana o la griega– no son contrarios a la Constitución alemana, pero deben someterse a revisión porque, considera el Constitucional alemán, se excede de las funciones del BCE.

Una opinión, la del tribunal alemán, que contradice de forma expresa una sentencia de diciembre de 2018 del Tribunal de Justicia de la UE y llega más lejos, al indicarle al BCE que debe distinguir entre “política económica” y “política monetaria” y le da tres meses a la institución presidida por Lagarde para que justifique que fue proporcionada la puesta en marcha de los programas de compra de activos de 2015.

“Somos una institución independiente, responsable ante el Parlamento Europeo, impulsada por mandato”, dijo Lagarde en un seminario web de Bloomberg: “Continuaremos haciendo lo que sea necesario para cumplir con ese mandato”.

El Tribunal Constitucional alemán cuestionó los programas de compra del BCE y dio tres meses a la institución para que justifique que los programas son necesarios y proporcionales para cumplir sus objetivos. De lo contrario, el Bundesbank dejará de participar.

La sentencia contradice el fallo emitido por el Tribunal de Justicia de la UE en 2018, que consideró que el BCE actuó dentro de su mandato, y genera dudas sobre su nuevo programa de compras de deuda de emergencia frente a la pandemia, por valor de 750.000 millones de euros.

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