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DATOS | Las cifras oficiales sobre inmigración demuestran la desproporción del discurso alarmista de Casado

Raúl Sánchez / Gabriela Sánchez


Las cifras de inmigración de 2018, en contexto

Comparación de las 24.000 personas que han llegado a España de forma irregular en 2018 con otras variables

“No es posible que España pueda absorber millones de africanos que quieren venir a Europa buscando un futuro mejor”, ha afirmado este fin de semana Pablo Casado. El líder del Partido Popular cita dos cifras concretas. Según ha indicado, “un millón de inmigrantes esperan en las costas libias” para viajar a Europa y “50 millones de africanos están recabando dinero para poder hacer esas rutas” migratorias. Su discurso, además de indignación entre ONG y expertos, ha dejado una gran incógnita: ¿de dónde ha obtenido estas cifras?

Ni siquiera su partido conoce el origen de los datos en los que se basa un discurso que ha valorado como “muy acertado”. “Es la típica cifra que no permite contrastación, por lo que es una declaración ideal para quien quiere impulsar el miedo a la inmigración”, señala Amparo González, socióloga del CSIC experta en Migraciones.

La única manera de poner en contexto las declaraciones de Casado consiste en acudir a los datos de los que sí conocemos el origen. Las cifras que están demostradas y de las que sabemos su fuente. Las que arrojan conclusiones muy diferentes a la situación de alarma descrita por el Partido Popular.



La cifra más baja lanzada por Pablo Casado se encuentra muy alejada de la realidad migratoria experimentada en los últimos años en la Unión Europea. Desde 2016, 597.772 personas han llegado a través de todo el Mediterráneo. Si se cuenta desde 2005, han alcanzado España de forma irregular 221.190 personas.

Los 50 millones de africanos que, según Casado, están “recabando dinero para tomar” las rutas hacia Europa no se encuentran en ningún estudio reciente. El líder del Partido Popular defendía haber obtenido la cifra de “alguna ONG”, aunque este lunes ha modificado su fuente. Tras ser cuestionado de forma insistente por los periodistas, ha indicado que sus datos provienen de unas declaraciones realizadas por el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani. “Tajani decía que podía haber decenas de millones de subsaharianos” que podrían llegar a Europa, ha insistido Casado este lunes.

En las citadas declaraciones, publicadas por el medio alemán Die Welt, Tajani aseguraba, sin detallar tampoco fuente alguna, que “hasta 30 millones de africanos podrían llegar a la Unión Europea”.



Según el análisis realizado por Amparo González de los datos arrojados por la Estadística sobre Migraciones del Instituto Nacional de Estadística (INE), se estima que en los últimos diez años han llegado a España alrededor de 500.000 personas de nacionalidad africana. Se trata de los extranjeros registrados en el padrón municipal entre 2008 y 2017, entre las que se encuentran vecinos con papeles y sin papeles.

“Esta estadística incluye a aquellas personas de nacionalidad africana que entran de forma legal o irregular en España, y llevan el suficiente tiempo para decidir quedarse y empadronarse. Esto supone medio millón de los 1.216 millones de población de toda África”, detalla la socióloga. “Estos datos evidencian que hay algo que no se sostiene. O tenemos un control fronterizo tremendamente eficaz o no hay tantas personas africanas que intentan venir a Europa”.

El foco de Casado, en África: ¿por qué?

El discurso antiinmigración del Partido Popular está centrado en un origen específico: África. Es la población del continente para la que, dice, “no hay papeles para todos”. Los datos del INE demuestran que la población migrante africana en España supone tan solo un 12% del total de inmigrantes en el país entre 2008 y 2017, ambos años incluidos.



Los datos más recientes apuntan que ningún país del África subsahariana se encuentra entre las principales nacionalidades de origen de los migrantes que se han empadronado en España en 2017. La principal nacionalidad es la venezolana, seguida de la marroquí, la colombiana, la rumana y la británica. El primer país subsahariano se encuentra en el puesto número 30 de las principales nacionalidades de inmigrantes asentados en España durante el año pasado, según los datos del INE.



Las cifras de personas llegadas de forma irregular a España en 2018 por la ruta marítima y a través de Ceuta y Melilla, 23.993, aún no han alcanzado las registradas en el año 2006, cuando se produjo el mayor número de entradas irregulares en la historia de España, en la que se denominó “la crisis de los cayucos”. En aquel momento, 39.180 personas alcanzaron las costas españolas y 2.000 migrantes lo hicieron a través de las fronteras de Ceuta y Melilla.



¿Es una “emergencia”?

La llegada de migrantes a España durante los últimos meses se está tratando de “emergencia” por parte del Partido Popular, Albert Rivera y un documento oficial adelantado por El Mundo. Sin embargo, el número de entradas irregulares registrado en 2018 se aleja de la cifra de personas que han alcanzado los otros dos países europeos con fronteras exteriores, Italia y Grecia, cuando el flujo migratorio recibido por estos también fue calificado de “crisis”.

En 2015, alrededor de un millón de personas, la mayoría refugiados sirios, alcanzaron las costas griegas en un éxodo humano solo comparable con la crisis humanitaria derivada de la Segunda Guerra Mundial. En octubre de aquel año, 211.663 personas atravesaron el Egeo en embarcaciones precarias. A España han llegado 23.993 en 2018.

La “crisis” de asistencia en la recepción de pateras en Andalucía se ha producido con la llegada de alrededor de 13.366 personas en junio y julio. Desde Andalucía Acoge insisten en que el “colapso” en la atención del Gobierno a los recién llegados se debe a la “falta de previsión”, pues recuerdan que se tratan de cifras “asumibles” en un país que lleva recibiendo pateras desde hace 30 años.

Italia lleva desde 2013 recibiendo un flujo formado por un mínimo de dos mil migrantes al mes, registrando picos de alrededor de 20.000 entradas mensuales. Esta tendencia se ha mantenido hasta este año, cuyas entradas marítimas han descendido notablemente, coincidiendo con el aumento registrado en la ruta Marruecos-España.



La única cifra similar a las arrojadas por Casado se encuentra en varios informes de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), el más reciente datado de 2016, que estima la cifra de “inmigrantes residentes en Libia” entre las 700.000 y el millón de personas. En los estudios donde la OIM incluye esta cifra no realiza ninguna mención a la supuesta intención de estas personas de llegar a Europa.

Encuestas sobre el “deseo” de migrar

La experta del CSIC también recuerda la trampa que puede esconderse en las encuestas que reflejan “el deseo” de migrar de una población específica de África. “Para realizar encuestas que miden las posibilidades reales de una población de migrar, se empieza midiendo el deseo a través de la pregunta ”¿Estarías dispuesto a migrar a un país europeo?“, explica la socióloga. Según sostiene, en un primer momento el porcentaje de respuestas afirmativas es muy elevado.

“Por ejemplo, en un país de África con tendencia a migrar, puede que el 50% responda que sí. La inmigración tiene muy buena fama, el que migra es un héroe. Por eso, después, es necesario lanzar una batería de preguntas más concretas”, añade. Algunas de ellas hacen referencia a si las personas encuestadas “tienen intención de irse en los próximos dos años o seis meses y si han realizado alguna gestión para cumplir su objetivo”, añade González. Una vez superada esta fase del estudio, apunta, las respuestas afirmativas suelen caer.

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