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Igea acelera los contactos para presentar una lista y disputar la presidencia de Ciudadanos a Arrimadas

Francisco Igea y Albert Rivera, durante la campaña para las generales del 10N

Laura Cornejo / Carmen Moraga

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Hace menos de un año Francisco Igea era diputado raso en el Congreso. Una pieza más del oxidado engranaje de Ciudadanos. Hoy se perfila como dirigente del partido que fundó Albert Rivera, un jubilado de la política tras el hundimiento de Ciudadanos (de 57 a 10 diputados en medio año).

Igea está decidido a intentar repetir su gesta de febrero de 2019, cuando dio un paso adelante para disputar las primarias al entonces fichaje estrella del aparato, la exconsejera y expresidenta de las Cortes de Castilla y León, Silvia Clemente, un flamante fichaje recién llegado del PP. El pulso le granjeó enemistades desde el principio. El secretario de Organización, Fran Hervías, advirtió entonces de que si perdía las primarias debía dejar el partido. Hoy es vicepresidente de la Junta.

El plan de Igea ahora es plantar cara a Inés Arrimadas, sucesora de Rivera y como él, poco proclive a cambios que le hagan perder el control absoluto del partido. Uno de los motivos fundamentales para que el vicepresidente de Castilla y León esté ultimando su candidatura a las primarias es que los estatutos que se han propuesto no contemplan la elección de secretarios autonómicos y reserva su designación a la dirección del partido.

Para Igea este modelo de elección es puro “leninismo”. En la práctica supone tener siempre a un lugarteniente de la dirección sobre el territorio tomando decisiones a nivel orgánico. Es lo que le ha ocurrido a él: tras reventar el pucherazo de las primarias, vivió una victoria amarga. El aparato, el mismo que erró con Clemente, obligó a Igea a integrar en su lista a personas que apoyaron a su rival y a aceptar los manejos del secretario autonómico, Miguel Ángel González, con quien mantiene una tensa relación. De hecho, los nombramientos de secretarios de organización que realizó la gestora la pasada semana son los propuestos por los autonómicos. En el caso de Castilla y León, personas que apoyaron directamente a Clemente o que han intentado desautorizar a Igea.

Apurar plazos

La idea de enfrentarse a Arrimadas se lanzó hace menos de un mes de una manera tímida, pero ya entonces el denominado sector crítico de Ciudadanos se estaba reuniendo para elaborar un documento con los cambios que debe afrontar Ciudadanos. Aunque no desvelan todos, insisten en la democracia interna y en la autonomía de las agrupaciones. En el círculo de Igea desmienten rotundamente que la candidatura se haga oficial este viernes, como se ha llegado a publicar. La idea es apurar los plazos, hasta finales de febrero, para lanzarse a la carrera y dar poco tiempo de reacción a una cúpula que sigue manejando el partido desde la gestora. Mientras, están intensificando los contactos con los críticos y diseñan una campaña con encuentros informativos por todo el país. Se trata de saber cuánto apoyo tiene, de medir en votos el descontento que se ha extendido en el partido.

Al lado de Igea estarán previsiblemente los secretarios autonómicos recién destituidos de Asturias, Ignacio Prendes, y de Castilla-La Mancha, Orlena de Miguel. En Madrid cuenta con Juan Carlos Bermejo, líder de la plataforma Compromiso Ciudadano y como enlace con las Baleares con Fernando Navarro, actual viceconsejero de Transparencia de Castilla y León, la consejería de Igea.

Arrimadas, mientras, intenta aparentar indiferencia frente a los planes de Igea. Según aseguraba este martes a un grupo de periodistas, a lo largo de estas últimas semanas ha hablado en varias ocasiones con el vicepresidente de la Junta de Castilla y León. “Como lo hago también con otros muchos compañeros del partido”, matizaba.

La favorita para encabezar la era post-Rivera quiere iniciar una ronda de contactos con agrupaciones de afiliados para conocer de primera mano sus “inquietudes”, aunque de ellas le están dando buena cuenta el portavoz de la gestora Manuel Bofill,y el secretario de Organización, Fran Hervías, que están impulsando asambleas internas con los militantes desde hace varias semanas.

Sin candidatura de consenso

La portavoz parlamentaria no muestra ninguna intención de propiciar una candidatura de consenso con los críticos. “Presentaré a mi propio equipo”, ha dicho. Y los nombres parece tenerlos ya en la cabeza. El plazo para hacer públicas las listas vence el 26 de febrero –que es cuando oficialmente se tienen que registrar en la web del partido las candidaturas que opten a la presidencia de Ciudadanos–, pero todo el mundo cree que la desvelará antes.

Sobre su proyecto no ha adelantado mucho salvo las tres propuestas que lanzó a través de su perfil de Facebook el pasado domingo para “dar mayor protagonismo a los afiliados y potenciar su participación”. En ese post adelantó que plantea la creación de una área específica de Participación y Movilización en el partido, cuyo objetivo sería implantar nuevos mecanismos de participación de los militantes y reforzar los que ya existen, así como dinamizar las distintas actividades que puedan desarrollarse entre la militancia.

Su segunda propuesta pasa por establecer una nueva dinámica que eleve el protagonismo de los afiliados. En este sentido, Arrimadas asegura que si una propuesta cuenta con un porcentaje de apoyo significativo entre la militancia, se comprometerá a que sea obligatorio debatirla en la dirección. Y la tercera medida sería la creación de una Oficina del Afiliado, destinada a reforzar los canales de contacto con las bases del proyecto, que se encargará de “complementar los canales para escuchar, recibir dudas e inquietudes” y también de trasladar la información sobre las distintas áreas o cualquier otra información que pueda ser útil a los afiliados.

La candidata afirma que estos días irá desgranando más medidas pero no se moja sobre la posibilidad de que las bases puedan elegir en primarias a los dirigentes autonómicos y regionales, una de las principales exigencias de los críticos. Esta modificación, que restaría poder a la Ejecutiva, no parece que le guste mucho a Arrimadas según ha dejado entrever en conversaciones informales con los periodistas.

Arrimadas ha intentado además desligarse de las polémicas decisiones que tomó la gestora el lunes de la semana pasada, nombrando por sorpresa a numerosos cargos internos que estaban vacantes y laminando a los dos únicos dirigentes críticos que quedaban al frente de las portavocías autonómicas: Ignacio Prendes, en Asturias, y Orlena de Miguel, en Castilla la Mancha. Y para ello se ha escudado en que no forma parte del órgano de dirección transitorio.

Aunque insiste en que está al margen de los equipos que han elaborado los borradores de las ponencias que se debatirán en la Asamblea de marzo –la de Estrategia Política y la de Estatutos–, la jerezana no ha ocultado que le molestaron las críticas de Igea, que este domingo llegó a asegurar que el modelo de partido que se plantea en ese texto le parece “leninista” porque a su juicio es “puro continuismo” y demuestra “poca democracia interna”. Al día siguiente, la portavoz de la gestora, Melisa Rodríguez, le recriminó y le replicó que hacer esas afirmaciones no solo le parecía “un poco osado”, sino también “faltar a la verdad”.

La propia Arrimadas abundó en las críticas a Igea. “Nadie nos va a dar lecciones de democracia interna. Somos un partido muy democrático y con muchos cauces de participación interna. Mis propuestas van encaminadas a reforzar esos canales para ampliarlos para que el partido sea más abierto”, zanjó desde el Congreso.

Este sábado se reúne el Consejo General del partido para debatir y aprobar las enmiendas que haya presentado los miembros de este órgano, el máximo del partido entre Asambleas. El cónclave cobra mayor interés después de saber que Igea ha desvelado sus intenciones y parece ya dispuesto a presentar una candidatura alternativa a la de Inés Arrimadas.

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