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Vitoria-Gasteiz podría producir con placas solares en los tejados más electricidad de la que consume en un año

Colores marcan el potencial solar de las cubiertas de Vitoria-Gasteiz (el verde es óptimo, amarillo es medio y rojo bajo).

Clemente Álvarez

Si Vitoria-Gasteiz colocase placas solares en todos los edificios que lo permiten, produciría anualmente 1.149 GWh de electricidad, bastante más de lo que consumió toda la ciudad en 2017, según uno de los estudios más detallados que se han realizado en el país sobre el potencial de las cubiertas para generar energía fotovoltaica. Esto no significa que la capital alavesa pueda ser autosuficiente, pues las horas en las que se produciría esa electricidad no serían las mismas que en las que se necesita.

Sin embargo, sí se generaría un excedente y por eso son tan importantes las nuevas normas de autoconsumo aprobadas en Madrid el mismo día que se presentaba este estudio.

“Ahora mismo, sin cambiar los hábitos uno puede aprovechar en torno a un 30% o un 40% de la energía que produce con una instalación fotovoltaica, la pregunta es qué pasa con el 70% que me sobra”, incide Estefanía Caamaño, investigadora del Instituto de Energía Solar de la Universidad Politécnica de Madrid y una de las autoras del trabajo. Con las nuevas reglas, los ciudadanos pueden escoger verter sus excedentes a la red (a cambio de ahorros en la factura) u optar por una fórmula simplificada, sin ningún tipo de trámite, en el que renuncian a verter a la red.

Incluso en el primer caso, los trámites se han simplificado mucho. Pero si se opta por no inyectar energía sobrante a la red, entonces instalar unas placas fotovoltaicas resulta tan sencillo como poner cualquier otro electrodoméstico de una casa. “Hay gente que esta comprando una instalación más pequeña para que no haya excedentes y otra que coloca un mecanismo antivertido, que supone evitar los excedentes apagando la instalación”, incide Caamaño. “Esto resulta muy peculiar y único en Europa, resulta que hay muchos investigadores trabajando para conseguir paneles más eficientes y vamos nosotros y decidimos poner un mecanismo que evite producir un 70% de la energía que se podría”.

Con todo, la autora del estudio considera que esta nueva situación puede incentivar otras soluciones virtuosas: cambiar los hábitos de consumo en las casas para aprovechar al máximo la producción, por ejemplo, poniendo la lavadora cuando hay más sol.

El estudio presentado este viernes en la capital alavesa irá acompañado de dos aplicaciones online que permitirán pinchar en una cubierta cualquiera sobre el mapa de la ciudad y saber cuánta energía puede producir y tener una valoración económica con las nuevas reglas de autoconsumo.

Una de las primeras conclusiones del estudio es que en una ciudad como Vitoria-Gasteiz también se puede, a pesar de los cielos nublados. “Se ha demostrado que eso es un mito, si se puede en Alemania, cómo no se va a poder aquí”, recalca Caamaño. Para saber cuánta energía solar se produciría con unas placas solares hay que tener en cuenta tanto la radiación solar de ese lugar, como las características de las cubiertas de los edificios (orientación o inclinación), que determinan qué parte del potencial solar se pierde.

El informe considera que una ciudad como Vitoria-Gasteiz tiene un “excelente potencial para la captación solar de las cubiertas edificatorias”. En concreto, estima que el 22% de la generación eléctrica esperable procedería de cubiertas con un potencial solar bueno o muy bueno, el 60% vendría de cubiertas con un potencial solar razonable y el 18% restante de cubiertas con un potencial inferior.

Otra de las novedades del estudio es que analiza el potencial solar también a escala de barrios. En este punto, las investigadoras han encontrado que 13 de los 31 de los barrios de la ciudad podrían cubrir el 100% de su consumo con generación fotovoltaica.

Las nuevas reglas de autoconsumo abren una gran cantidad de opciones. Si se opta por no verter a la red, otra posibilidad es instalar almacenamiento. “No se trata de poner grandes cantidades de almacenamiento sino de algo que permita que, si llego a las 7 de la tarde a casa pueda aprovechar algo del excedente producido”, incide Caamaño. “Esto lo que supone económicamente es que se tarda dos años más en rentabilizar la inversión por el coste de la batería”.

Como apunta la investigadora del Instituto de Energía Solar, esto está abriendo ya una puerta muy interesante en ciudades como Alemania: “Yo tengo una batería, no muy grande, de un metro por 70 cm, y entonces dejo gestionar esa batería de forma remota por la compañía eléctrica local”, detalla Caamaño. “La compañía aprovecha mi pequeña batería, el de mi vecino y el de otros miles de usuarios acogidos a este tipo de contratos, para gestionar la red local. ¿Y qué gano yo a cambio?: Ahí está el negocio, pues me ofrece una tarifa plana, un descuento…”.

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