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La confluencia Podemos-IU integra a los andalucistas frente al “centralismo” de Iglesias

Rodríguez y Maíllo reivindican el andalucismo y el papel protagonista de Andalucía en el debate territorial

Daniel Cela

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Podemos Andalucía ha solicitado a la dirección estatal del partido una reunión para tratar de destentar la crisis interna que se ha desatado desde que la agrupación que pilota Teresa Rodríguez firmó, hace casi tres semanas, un acuerdo de confluencia con IU para concurrir juntos a las próximas elecciones autonómicas y municipales. La ejecutiva de Pablo Iglesias acusa a Rodríguez de sellar un acuerdo que “contraviene” el reglamento estatal que regula los procesos de coalición con otras formaciones, le afea que haya actuado de espaldas a la dirección estatal y teme que esté maniobrando para montar una organización política nueva, escindiéndose de Podemos.

Rodríguez lo niega, pero en los últimos días el cruce de declaraciones ha ido en aumento. Los críticos a la dirección andaluza, que son muy minoritarios, se están organizando en torno a la plataforma Defender Podemos, alineada con Iglesias y el secretario de Organización, Pablo Echenique, y aspiran a actuar de contrapeso a los planes de la gaditana. De momento se trata de una guerra fría. La líder de Podemos Andalucía quiere enmarcar estas discrepancias en el plano de lo reglamentario, recuerda que su formación aún no ha aprobado la normativa interna que regulará las primarias para la confluencia, tiende la mano a Echenique para negociar, pero advierte de que no dará marcha atrás a su hoja de ruta. El acuerdo de confluencia con IU fue aprobado por la mayoría del Consejo Ciudadanos de Podemos Andalucía, con sólo cinco miembros de la ejecutiva regional en contra, incluido el de la diputada en el Congreso por Huelva, Isabel Franco, que dimitió la semana pasada en señal de protesta.

En el pulso entre la dirección estatal y andaluza de Podemos ha entrado un tercer protagonista, que hasta ahora había permanecido al margen: IU. La coalición de izquierdas ha cerrado filas con Rodríguez con intención de salvaguardar así el acuerdo de confluencia que tienen firmado. La federación que pilota Antonio Maíllo, la de mayor implantación territorial del país, ejerce ahora de contrapeso al poder central de Podemos, aliado necesario del partido morado en Andalucía para lograr que su coalición electoral llegue a buen puerto. Rodríguez y Maíllo interpretan esta crisis interna en Podemos como un pulso entre “el afán centralista” de la dirección de Pablo Iglesias y la pretensión de mayor autonomía política y organizativa para el nuevo sujeto político que están creando en Andalucía. Con esta tesis, ambos dirigentes han escenificado este lunes una puesta en escena muy simbólica. Para visibilidad la integración en el proyecto de confluencia de antiguos dirigentes andalucistas, Rodríguez y Maíllo han comparecido juntos -rodeados de sus nuevos aliados- en el sitio exacto en el que fue fusilado Blas Infante, donde se erigió una estatua en su memoria.

Con el busto del llamado padre de la patria andaluza detrás, Rodríguez ha respondido a las advertencias de la dirección estatal de Podemos que su intención es seguir adelante, que su hoja de ruta para la confluencia tiene el aval del Consejo Ciudadanos, que las antiguas corrientes errejonistas que le disputaron el liderazgo de Podemos Andalucía están ahora de su lado, que la asamblea general del que salió elegida compromete a lograr una organización menos dependiente de la tutela de Madrid, más autónoma política, financiera y orgánicamente, y que su objetivo no es, en ningún caso, soltar amarras de Podemos. En un enclave tan simbólico, Teresa Rodríguez ha empezado a hablar de los pablistas usando el término “centristas”, definiendo claramente cuál es el marco mental en el que se dirime esta batalla interna: el poder central contra el poder autonómico. Esta batalla, aún de de resolución incierta, mantiene en vilo un proyecto de confluencia Podemos-IU que viene gestándose a cámara lenta desde hace casi un año, y que camina a trompicones y con riesgo de caer de bruces desde que se anunció el acuerdo. Con las elecciones andaluzas a menos de medio año a la vista.

La gaditana ha criticado a los pablistas por tratar de “agitar el fantasma de los terribles radicales Anticapitalistas para asustar cuando no se está de acuerdo con una decisión de Podemos Andalucía” para confluir con IU. “Se agradecería que junto a la crítica pública en los medios de comunicación hubiera una propuesta concreta en los órganos”, ha dicho, en referencia a la nueva plataforma Defender Podemos.

La espita que ha hecho saltar la crisis dentro de Podemos es una serie de puntos del acuerdo de confluencia que la dirección estatal desaprueba: que Podemos e IU Andalucía redacten juntos un código ético nuevo -al margen del reglamento interno de cada partido- y, sobre todo, que preparen la convocatoria de primarias conjuntas para elegir a los candidatos de las listas electorales y el cabeza de cartel a la presidencia del Gobierno andaluz. La dirección estatal quiere tener control sobre esos nombramientos, y la agrupación andaluza no está dispuesta a que les impongan candidatos de fuera, como ocurrió en las pasadas elecciones generales.

Con este planteamiento, Rodríguez está coartando cualquier tentación de injerencia de Madrid, aunque los nombres de las listas electorales deben pasar por el filtro de unas primarias, cuyo reglamento aún no se ha redactado. Hasta el 16 de junio, los inscritos en Podemos pueden presentar propuestas para diseñar ese reglamento. “No ha llegado ninguna propuesta de reglamento del sector 'centralista' que se acaba de organizar”, dice, con retranca Rodríguez, que se queja de que “repetir muchas veces que los inscritos tienen que votar, que Podemos tiene que estar en el nombre de la candidatura y que la confluencia debe tener forma de coalición y no de partido instrumental son obviedades que forman parte del acuerdo aprobado por la mayoría absoluta del Consejo Ciudadano”. “Que no se gane una votación en un órgano no es razón para despreciar al principal órgano de dirección de Podemos Andalucía entre asambleas”, añade Rodríguez (sólo cinco miembros del sector crítico votaron contra el acuerdo de confluencia, de los más de 30 que participaron en el Consejo Ciudadano). “Están en franca minoría”, subraya la líder andaluza en relación a los palizas.

Por su parte, la dirección de IU, algo incómoda por verse en medio de este fuego cruzado de declaraciones, insiste en que su alianza no es una facción de Podemos, ni con la corriente Anticapitalistas, ni siquiera con Teresa Rodríguez, sino con la dirección legítima de Podemos Andalucía, que pilota la gaditana. Es con la ejecutiva con quienes han sellado el acuerdo de confluencia por el que ahora pelean. Con ellos acaban de formar un grupo de coordinación de 12 personas -seis de cada partido- que está preparando las primarias conjuntas para finales de julio.

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