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La poesía en Andalucía

Merath Kaiyo

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Los primeros escritos sobre Andalucía se encontraron en antiguo griego, asociándola con Tartessos: Heródoto, Hesíodo, Anacreonte de Teos, etc. La poesía fue el género literario por excelencia en Grecia, siendo uno de sus devotos Sócrates, con varias referencias a este arte, entre ellas: Los poetas no crean poesía a través de la sabiduría, sino a través de una especie de inspiración que puede ser encontrada en profetas o videntes, ya que pueden decir muchas cosas bellas sin saber lo que significan.

“La Vejez” (Heródoto):

Cruzó mi puerta como un suspiro,

y afianzó el temido olvido,

cual actor de un teatro absurdo,

escena repetida de tiovivo

Tenemos que remontarnos a la conquista de Hispania por el imperio Romano para encontrarnos con nuevos poetas nacidos en la denominada Bética. Lucio Anneo Séneca, de Roma, escribió desde las guerras civiles hasta Tiberio. Sus obras más célebres, hoy perdidas, fueron Controversiae y Suasoriae. Tras esto llegó a ser el filósofo, preceptor y consejero del emperador Nerón. Además del cordobés, se encontraban los gaditanos Junio Merato Columela y Pomponio Mela.

Fragmento de “Un nuevo mundo” (Séneca):

Audaz en demasía quien primero los mares

traidores sobre tan frágil navío surcó

y, las tierras propias a sus espaldas viendo,

confió la vida a brisas inconstantes.

Entre el siglo III y el IV d.C., emerge la literatura cristiana, siendo uno de sus principales propulsores San Isidoro de Sevilla. En la Andalucía visigoda, este y San Leandro (considerado el más influyente del III Concilio de Toledo) hicieron que la Bética pasara a ser el centro cultural en la llamada “era isidoriana”.

En la época musulmana en Andalucía, denominada entonces al-Ándalus, le dieron un uso particular a la poesía, pues se sentían muy atraídos por ella. Solían usarla para mostrar sentimientos, adulación, actos de Fe, etc. Se caracterizaba por ser textos con cierta dificultad para el lector, usando mucho la ambigüedad a través de juegos de palabras y metáforas. Sus textos solían ser sutiles y bellos con temáticas variadas (amor, desamor, naturaleza, etc.).

Resumiendo un poco, entre la época Califal, el periodo Almohade y la dinastía nazarí, destacaron diversos autores. En la época califal Ibn Hazm y la corte sevillana de Abbad II al-Mutadid, brillando sobre los demás Ibn Zaydún. En el período Almohade despuntaron el poeta Ibri Mutarrifz y la poetisa Hafsa bint al-Hajj. En la dinastía Nazarí destacaron los poetas que incrustaron sus versos en la Alhambra; Ibn al-Yayyab, Ibn al-Jatib, o Ibn Zamrak.

Fragmento del poema “La fuente de Lindaraja” (Ibn Zamrak):

Nadie espacio más grande vio que el mío, por igual en Oriente y Occidente, ni rey, cristiano o árabe, tuvo antes una fuente que a mí se pareciera

En la Andalucía cristiana, Alfonso X el Sabio fue el impulsor de la corte literaria en Sevilla. Hay que esperar hasta el declinar medieval para hallar nuevos logros, destacando el Cancionero de Baena. En la Edad Moderna, Córdoba presume de supremacía. Juan de Mena, Antón de Montoro, y los representantes destacados del Humanismo: Nuño de Guzmán, Juan de Lucena, Pedro de Tafur y el sevillano Antonio de Nebrija.

Ya en el Siglo de Oro, los sevillanos Gutierre de Cetina y Juan de la Cueva sellaron la poesía narrativa, que nació con voluntad de hacer del castellano una lengua de cultura. Garcilaso, Fray Luis de León y Fernando de la Herrera fueron las personalidades más innovadoras en la poesía española del quinientos, siendo el puente hacia la tendencia barroquizante de Luis de Góngora. El aroma andaluz del Siglo de Oro hacen de Andalucía la inspiración de muchos autores, como Lope de Vega o Cervantes.

El romanticismo adopta en nuestra tierra cierto carácter capitalino, en concreto desde Sevilla y Granada, por autores como Ángel Saavedra, Duque de Rivas, Gabriel García Tassara, etc. Y por último y destacando en mi opinión sobre el resto, Gustavo Adolfo Bécquer. El poeta sevillano representa a la perfección, lo que fue el postromanticismo en España.

“Rima XXI” (G. A. Bécquer):

¿Qué es poesía?, dices mientras clavas

en mi pupila tu pupila azul.

¡Qué es poesía!, ¿Y tú me lo preguntas?

Poesía... eres tú

Pasamos a la poesía contemporánea, donde para mí, existió la mejor generación literaria de la historia. De la escuela modernista de Rubén Darío tenemos a los poetas Ricardo León, Salvador Rueda, Francisco Villaespesa y Manuel Machado.

Tras esto pasamos a la cima de la poesía andaluza, con Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, y los poetas de la Generación del 27, esa generación valiente que cambió la literatura a nivel mundial, en la cual hay una amplía representación andaluza; Federico García Lorca, Rafael Alberti, Luis Cernuda y Vicente Aleixandre.

Fragmento de “Te digo adiós, amor, y no estoy triste” (Rafael Alberti):

Te digo adiós, amor, y no estoy triste.

Gracias, mi amor, por lo que ya me has dado,

un solo beso lento y prolongado

que se truncó en dolor cuando partiste.

Tras ellos, se han dado distintas tendencias poéticas; vanguardismos heterodoxos como los del cordobés Manuel Álvarez Ortega o el postismo del gaditano Carlos Edmundo d’Ory. Además de una enorme lista de poetas que llega hasta nuestros días: Concha Lagos, Manuel Mantero, María Victoria Atencia, Juana Castro, entre otros.

Por último mencionar a los eximios pensadores que conocen el exilio, obras compuestas entre aguas de literatura y filosofía, como las de María Zambrano.

Poesía andaluza en la actualidad

El patrimonio literario en Andalucía es tal, que tengo que pedir disculpas de la cantidad de autores importantes que no he podido citar por falta de espacio.

El legado cultural es incalculable, ganando aún más cuando estudias un poco el contexto en el que vivieron. Inquisición, guerra civil, posguerra, asesinados, exiliados y un largo etc., fueron situaciones en las que escribieron sus poemas, los cuales hoy día son un regalo que no sabemos disfrutar, una disciplina que parece en parte olvidada.

Duele entrar en casi cualquier librería, ver estantes de todas las disciplinas existentes: novela, narrativa, ensayo, cómic, etc. Pero de poesía, como mucho una cajonera pequeña escondida entre novelas de Brandon Sanderson.

Los poetas y poetisas andaluzas tenemos como obligación continuar este legado, es nuestro deber que este patrimonio de nuestra tierra siga transmitiéndose en la misma, pero para ello tenemos que hacer autocrítica.

¿Qué debemos hacer para llegar al lector?. Esta es una duda que actualmente no sé contestar, pero trabajo a diario para hallar la respuesta. Lo que sí tengo claro es dónde debemos buscar: en nuestra historia, leyendo a las y los mejores.

En una sociedad acomodada por los lujos de nuestra era, más que nunca la poesía es esencial. Quizás es el momento de no solo usarla para adornar páginas con bellas descripciones de paisajes e historias románticas, sino también para hablar de los problemas que nos azotan, dejar de guardar silencio ante las injusticias que se cometen a diario, sacar ese lado crítico que caracterizó a las generaciones anteriores. Devolver a nuestra tierra la bella pluma capaz de ser látigo en caso de necesitarlo, porque como dijo Federico García Lorca:

Oye, hijo mío, el silencio.

Es un silencio ondulado,

un silencio,

donde resbalan valles y ecos

y que inclina las frentes

hacia el suelo

Los primeros escritos sobre Andalucía se encontraron en antiguo griego, asociándola con Tartessos: Heródoto, Hesíodo, Anacreonte de Teos, etc. La poesía fue el género literario por excelencia en Grecia, siendo uno de sus devotos Sócrates, con varias referencias a este arte, entre ellas: Los poetas no crean poesía a través de la sabiduría, sino a través de una especie de inspiración que puede ser encontrada en profetas o videntes, ya que pueden decir muchas cosas bellas sin saber lo que significan.

“La Vejez” (Heródoto):