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Teresa Rodríguez consuma su nueva marca electoral en Andalucía contra el criterio del Podemos estatal

Teresa Rodríguez, líder de Podemos Andalucía

Daniel Cela / Aitor Riveiro

La negociación entre la dirección estatal y andaluza de Podemos en torno al nombre y funcionamiento de la confluencia en Andalucía ha terminado sin acuerdo. Y ya no hay más margen para negociar. En cuanto ha terminado la reunión de ambos equipos en Madrid, el consejo de coordinación de Podemos Andalucía ha aprobado que la marca electoral de la confluencia sea “Adelante Andalucía CON Podemos, IU, Equo” y el resto de fuerzas de perfil andalucista que integran la coalición, como adelantó eldiario.es. El nombre se presentará públicamente este viernes en Sevilla -en un acto con todas las organizaciones políticas integrantes- y se inscribirá como marca coalición electoral en el registro del Ministerio de Interior. Según la dirección andaluz, así se lo trasladaron al secretario de Organización del partido, Pablo Echenique, los números dos y tres de Podemos Andalucía, Jesús Rodríguez y Nacho Molina, en una reunión que se ha prolongado dos horas. Desde la ejecutiva estatal lo niegan y afirman que se han enterado a posteriori de que la decisión estaba tomada.

Teresa Rodríguez ha consumado así la hoja de ruta para la confluencia que inició hace casi un año de la mano del líder regional de IU, Antonio Maíllo, y que tuvo un punto de no retorno hace un mes, cuando ambos firmaron un preacuerdo donde ya aparecía la marca Adelante Andalucía. La política de hechos consumados avanza, pero las versiones siguen divididas. De la reunión entre Echenique y sus homólogos andaluces han salido, a destiempo, dos lecturas distintas e irreconciliables. Primero la dirección estatal avanzó que había propuesto al equipo de Teresa Rodríguez que el nombre de su candidatura para las próximas elecciones andaluzas fuera Unidas Podemos Izquierda Unida. Y que Adelante Andalucía se reserve como “lema principal de la campaña, con todo el protagonismo que deseen darle”.

“Esta solución”, explicaba el equipo de Echenique, “representa el consenso entre el deseo manifestado por la dirección andaluza de tener un nombre con protagonismo de Andalucía, y el mandato de las bases de Podemos Andalucía de que el nombre de PODEMOS forme parte preferente del nombre de la candidatura”.

“Nuestra impresión sobre cómo han acogido la propuesta es que estamos convencidos de que les ha parecido una buena solución. Esperamos que lo consideren y podemos pasar página. La prioridad es ganar las elecciones a Susana Díaz”, avanzaron desde la dirección estatal.

Pero no, el equipo de Teresa Rodríguez había viajado a Madrid con la decisión ya tomada, después de conocer el documento interno que Echenique había enviado a los territorios y que prohibía expresamente usar un nombre que no empezara por Unidas Podemos. “La propuesta que nos hacen desde el equipo de organización estatal no cumple con el mandato de poner a Andalucía en el centro e invisibiliza al resto de fuerzas hermanas con las que formamos coalición”, responden fuentes de Podemos Andalucía. Y sentenciaban: “No tenemos ninguna intención de invisibilizar a IU en Andalucía, a quien respetamos profundamente y tratamos de igual a igual. Estamos seguros de que tras nuestros argumentos han comprendido que para ganarle a Susana Díaz necesitamos una fuerza andaluza, y nuestra propuesta será ”Adelante Andalucía con Podemos, Izquierda Unida, Izquierda Andalucista, Primavera Andaluza, y el resto de organizaciones que consigamos incorporar“, porque en Andalucía no tenemos intención de dejar a nadie fuera ni que nadie se sienta menos. El nombre que proponen por la vía de los hechos es Unidas Podemos, y eso excluye a Andalucía, a IU y al resto de organizaciones confluyentes. El nombre se consensúa entre todas las fuerzas hermanas en Andalucía, no lo imponemos nosotros, no es nuestro estilo”.

Teresa Rodríguez defiende que su nombre para la confluencia combina el mandato de los inscritos del partido morado -el 92% votó a favor de mantener la marca Podemos en todos los procesos electorales- y el acuerdo firmado con IU, que fue ratificado por la mayoría del Consejo Ciudadano Andaluz. Además, la gaditana esgrime el aval del 75% de los inscritos que votaron su proyecto en las pasadas primarias, en las que fue elegida como candidata a la presidencia del Gobierno andaluz frente a una rival auspiciada por la dirección estatal (Isabel Franco), que se había posicionado abiertamente en contra a continuar con la hoja de ruta de Adelante Andalucía.

El objetivo de la delegación andaluza en la reunión con Echenique era lograr que admitiese para Andalucía una “fórmula excepcional”, como la tiene (En Marea) y Catalunya (En Comú Podem), pero Podemos estatal no está de acuerdo. El proyecto de Teresa Rodríguez -más allá de la confluencia- se sostiene en un profundo sentimiento de autonomía política. La gaditana quiere tener el control del partido, la elaboración de listas electorales, la potestad para sellar alianzas con otras fuerzas e incluso acceso al censo de inscritos desde Andalucía. La confluencia con IU no hace sino agrupar todas esas demandas orgánicas que Echenique le niega, porque considera que el documento político aprobado en Vistalegre 2 no abrió la puerta a ese nivel tan elevado de descentralización. Los andaluces alegan que su proyecto de confluencia es el más trabajado de todos los territorios, el más consensuado y equilibrado con IU, defienden que el apoyo de los afiliados a Rodríguez en primarias es el espaldarazo definitivo a Adelante Andalucía, y reclaman a la dirección estatal “que deje de poner palos en la rueda porque las elecciones autonómicas están a la vuelta de la esquina”.

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