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EXCLUSIVA

Rocío Monasterio registró varios planos ante el Ayuntamiento de Madrid con firmas falsificadas de una de sus clientas

Montaje firmas 2 portada.

Fátima Caballero

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El estudio de arquitectura de la líder de Vox en Madrid Rocío Monasterio se hizo pasar por una de sus clientas y falsificó su firma sin su consentimiento. La empresa de Monasterio presentó la documentación con la firma falsa en el Ayuntamiento de Madrid en 2004 para solicitar la licencia de un loft que realizó en la calle San Marcos, en pleno centro de la capital. La firma falseada aparece en al menos 12 planos del proyecto que previamente se había visado en el Colegio de Ingenieros Industriales de Madrid, según ha podido comprobar eldiario.es.

No fue la única suplantación de identidad de esta clienta que realizó el despacho de la dirigente de extrema derecha. En el expediente de esta obra que guarda el registro municipal, la rúbrica falsa aparece en otros tres documentos que eran necesarios para solicitar una licencia que nunca llegó. El estudio de la diputada de Vox en la Asamblea de Madrid habría falsificado la firma sin que la afectada lo supiera, confirma a eldiario.es: “No es mi firma”, asegura sorprendida tras recibir la llamada y repasar los documentos en poder de esta redacción.

Esta firma falsa de Carolina D. está en todos los planos de obra y en otros documentos que se presentaron en el Ayuntamiento de Madrid como parte del expediente que la empresa de Monasterio registró para intentar lograr la licencia del local. Una licencia que el Consistorio nunca concedió. En total, según la documentación a la que ha accedido eldiario.es, son al menos 15 firmas falsificadas.

Esos planos y documentos con la firma falsificada también se registraron en el Colegio de Ingenieros, que los visó el 12 de febrero de 2004. Junto a la rúbrica falsa de la clienta, aparece la del hermano de Rocío Monasterio, ingeniero técnico industrial. En aquel proyecto, Antonio Monasterio era el que firmaba los planos de la reforma dado que la diputada de Vox no disponía entonces de la titulación necesaria para hacerlo. La líder de extrema derecha no se licenció hasta cinco años después, en 2009, un dato que ocultaba cuando ofrecía sus servicios.

La clienta nunca supo que era el hermano de Monasterio quien firmaba los planos de las obras en los que supuestamente aparece su firma, confirma Carolina a eldiario.es. Era Rocío Monasterio la que se presentaba como arquitecta y la que le aseguró que era ella quien estaba haciendo el loft.

Fue solo tras llevar el caso a los tribunales, al no lograr la licencia y detectar algunas irregularidades, cuando Carolina y su socia descubrieron que Rocío Monasterio las había engañado. “Nos enteramos de que el que firmaba el proyecto era el hermano cuando decidimos demandarla”, asegura.

La hoy portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid admitió ante el juez no disponer de la titulación y haber trabajado sin licencia durante este juicio en el año 2008 registrada en un vídeo publicado por El País. “¿Que si tengo el título de arquitecto? No”, se escucha afirmar a Monasterio en su declaración ante un juez de instrucción de Madrid durante la celebración de un juicio por incumplimiento de contrato que la actual presidenta de Vox en la comunidad terminó ganando.

Consultada por esta redacción, una portavoz de Monasterio dice desconocer el origen de estas firmas y asegura que sus clientas perdieron el pleito en los tribunales. Estas mismas fuentes añaden que durante el juicio “se realizó un informe pericial que analizó todo el proyecto”. La misma portavoz admite desconocer si ese examen analizó las firmas bajo sospecha.

La falsificación de la firma no es la única irregularidad asociada a esta obra de remodelación llevada a cabo por la dirigente de Vox. Según destapó eldiario.es el pasado 28 de octubre, Rocío Monasterio firmó el certificado de obra del inmueble como directora facultativa, en un documento que entregó a la clienta, pese a que no tenía la titulación necesaria para hacerlo.

Monasterio constituyó su empresa de arquitectura en el año 2000, pero no se colegió hasta el 21 de diciembre de 2009, fecha en la que se inscribió en el Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM), un requisito necesario para poder ejercer y firmar proyectos.

La presidenta de Vox en Madrid firmó ese certificado de obra pese a que en el mismo se detalla que se habían llevado a cabo trabajos de demolición de un muro de carga o de colocación de cargaderos de acero para una apertura de huecos en un muro, entre otros. Para poder afrontar dichos trabajos técnicos la dirigente de extrema derecha debería haber sido arquitecta.

La Fiscalía investiga a Monasterio

La Fiscalía de Madrid mantiene abierta una investigación contra la diputada autonómica por “irregularidades” en otro caso, en el que Monasterio habría falsificado un visado del Colegio de Aparejadores, según informó el propio órgano profesional, que junto a Más Madrid presentó una denuncia ante el ministerio público.

La portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid utilizó un sello falseado del Colegio de Aparejadores de Madrid en proyectos que presentó en el Ayuntamiento de Madrid en 2005, 2011 y 2016. El último, tres años antes de que se convirtiera en diputada autonómica.

Pese a todas estas irregularidades, el Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM) decidió archivar el recurso por intrusismo laboral contra la presidenta de Vox en Madrid, Rocío Monasterio, que presentó el concejal de Más Madrid, José Manuel Calvo, antiguo responsable de Urbanismo con Manuela Carmena. El COAM alegó que no podían investigar porque cuando cometió estas presuntas irregularidades no era colegiada.

A estos casos de irregularidades hay que sumar el hecho de que Rocío Monasterio y su pareja, el también dirigente de Vox Iván Espinosa de los Monteros afrontaron este mes de septiembre la clausura y el precinto de la vivienda familiar en la que residían ilegalmente desde 2014, como destapó este diario. El chalé carece de la licencia de primera ocupación obligatoria para poder residir en él y tampoco tiene la licencia de funcionamiento, necesaria para desempeñar allí actividades económicas. La construcción incumplió los compromisos de la licencia de obra que solicitaron. El matrimonio logró paralizar in extremis la clausura y precinto de su chalé presentando un nuevo proyecto que ahora el Ayuntamiento de Madrid estudia.

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