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The Guardian en español

Mientras Europa se agrieta, África deposita sus esperanzas en un proyecto al estilo UE

Imagen de archivo de un grupo de niñas en una escuela

Emmanuel Akinwotu

Lagos —

Inspirado por el ejemplo configurado en la Unión Europea, el apoyo al libre comercio y movimiento está creciendo en África. Ruanda y Benín han anunciado planes de permitir entradas sin visado, mientras que Zimbabue ha levantado las restricciones de visado para ciudadanos que se desplazan desde dentro de la Comunidad de Desarrollo de África Austral, la cual incluye 15 países en la región.

En julio, la Unión Africana (UA) también anunció que, finalmente, se había acordado un pasaporte para toda África para acabar con las restricciones de visados. Nkosazana Dlamini Zuma, el jefe de la comisión de la UA, declaró que era un “paso hacia una África fuerte, próspera e integrada, impulsada por sus propios ciudadanos y capaz de ocupar el lugar que le corresponde dentro del escenario global”.

Aisha Abdullahi, responsable de asuntos políticos en la UA, ha dicho desde entonces que la organización ha reclutado consultores que están elaborando planes para un mercado único africano, el cual esperan poner en marcha en 2017.

Pero mientras que a los diplomáticos se les prometió tener acceso a los pasaportes en 2018, pronto quedó claro que las 1.100 millones de personas que viven en el continente tendrían que esperar más tiempo ya que el proyecto depende de que los gobiernos nacionales lo aprueben dentro de su legislación nacional.

Del mismo modo que en Europa, la cual después de 40 años como modelo de libre mercado y movimiento comienza a mostrar signos de una crisis existencial, la migración es uno de sus problemas más delicados.

El movimiento panafricano, la piedra angular de la UA, lleva mucho tiempo pidiendo una unidad más fuerte en un continente marcado por las fronteras dibujadas arbitrariamente en los tiempos coloniales, pero los líderes están preocupados por lo que han visto en Europa. Abdullahi cree que los desafíos expuestos en el proyecto europeos han sido una señal de aviso. “El libre movimiento tiene muchos beneficios sociales y económicos, pero sabemos que hay problemas. Es por esto por lo que no lo estamos haciendo de una manera poco pensada, o como el libre movimiento europeo”, apunta.

El gran problema es la migración interior

Takyiwaa Manuk, el director de la Comisión Económica para África, explica que los desafíos económicos y sociales a los que los países africanos hacen frente son más extremos que en Europa. Hizo hincapié en que, mientras los medios internacionales se han centrado en la gran migración desde África hasta Europa, el 80% de los africanos que migran lo hacen dentro del continente. Menos de un 20% viaja hacia Europa.

Esto ha traído serios problemas, el más reciente ha sido una serie de ataques xenófobos en Sudáfrica, país que tiene la segunda población más grande de migrantes después de Costa de Marfil. Alrededor de 300 negocios dirigidos por migrantes fueron destrozados y trabajadores de países como Zumabbue y Mozambique fueron atacados.

¿Existe una unidad real?

Pero en medio de las optimistas conversaciones sobre los “Estados Unidos de África”, los críticos se han apresurado a señalar que la unión ha sido catastróficamente débil a la hora de tratar las crisis continentales y de apoyar a las poblaciones atacadas. Aunque se han desplegado fuerzas de paz en Somalia y Darfur, y se ha acordado recientemente enviar tropas a Sudán del Sur, se les ha acusado de ignorar durante mucho tiempo la brutal ocupación yihadista en el norte Mali, el brote mortal de ébola en el oeste de África, y de no conseguir que los “presidentes vitalicio” rindan cuentas.

Este ambiguo enfoque de principios democráticos ha llevado a una situación en la que el presidente del Chad, Idriss Déby, que recientemente amplió su gobierno de 26 años en medio de acusaciones de fraude electoral, intimidación y de mantener “rehén a todo el país”, esté ahora mediando en una crisis electoral en Gabón.

Dapo Oyewole, el director de Policy Developmente Network, cree que la Unión Africana necesita cambiar su imagen si verdaderamente quiere hacer realidad la unidad del continente. “La Unión Africana necesita convertirse en algo mucho más importante y significativamente relevante en el día a día de la vida de lo africanos comunes. Tiene que convertirse en una plataforma accesible y responsable para llevar a cabo aspiraciones colectivas y no solo las del club de los líderes africanos”.

Pero el nuevo proyecto es prometedor dice Imad Mesdoua, un analista político argelino asentado en Londres. “El nuevos pasaporte interafricano es la prueba de que los estados miembros son sinceros en cuanto a hacer de la integración algo real”, apunta, pero añade: “Aún queda mucho por hacer y debería ser mucho más rápido”.

Traducido por Cristina Armunia Berges

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