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Cinco puntos que separan al PSOE de la propuesta lanzada por Podemos

Pablo Iglesias, durante la presentación de su propuesta.

Aitor Riveiro / Belén Carreño

La propuesta que ha lanzado Pablo Iglesias al PSOE resume el programa electoral con el que el partido de Pablo Iglesias se presentó a las elecciones y establece además una estructura del Gobierno de consenso. Aunque Pedro Sánchez ya ha dicho que no tiene intención de sentarse con el líder de Podemos para debatir sobre el documento, hay elementos que previamente ya marcan distancias entre ambos partidos.

Nombramientos por consenso

Es una de las medidas más novedosas del documento presentado por Pablo Iglesias. Podemos propone que decenas de altos cargos sean elegidos “por consenso” entre los partidos que formarían el hipotético Gobierno de coalición. “Hay figuras tan importantes para la democratización de un país que no pueden tener una vinculación política directa, sino que su independencia será fundamental para regenerar las instituciones”, ha señalado en la rueda de prensa. Iglesias ha abogado también por “introducir mecanismos de participación popular en las figuras que lo permitan y un control parlamentario mayor”.

Podemos incluye en el listado algunos cargos que ya se guían por un procedimiento de consenso, como el gobernador del Banco de España, el presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) o el presidente de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Pero incluye muchos nuevos, como el presidente del Consejo Económico y Social (CES), el secretario del Tesoro, el presidente del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), el director de la Agencia Tributaria y el de la Oficina de Grandes Cuentas, el fiscal del Tribunal de Cuentas, el comisario jefe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), o los secretarios de Estado de Infraestructuras y Administraciones Públicas.

Esta medida implica que el PSOE tendría que negociar decenas de nombramientos de altísimos cargos de la Administración con Podemos pero también con las confluencias y sus integrantes.

La unidad policial que no depende de Interior

La lucha contra la corrupción es una de las banderas de Podemos. La Vicepresidencia del Gobierno que se arroga Pablo Iglesias en un hipotético Gobierno de coalición tiene entre sus competencias mandar sobre una nueva Secretaría de Estado de Estado de Lucha contra la Corrupción y Crimen Organizado.

Otra medida es crear una Unidad de Policía Judicial independiente para su adscripción funcional a los juzgados. Hoy, la Policía Judicial tiene una doble dependencia, del magistrado instructor y del Ministerio del Interior a través de sus mandos.

La intención de Podemos es acabar precisamente con la dependencia de Interior de la Policia Judicial y que esta unidad “esté adscrita funcional y temporalmente a los juzgados o los tribunales”. “Estarán exentos de informar sobre la evolución de las investigaciones o de los resultados obtenidos”, señala el documento.

Esto implicaría que el ministro del Interior de ese posible Gobierno, un departamento muy sensible que el PSOE no querría perder, perdería el control sobre una parte, aunque pequeña, de la Policía.

El eterno referéndum

Es “imprescindible”. Podemos lo ha repetido hasta la saciedad. Antes, durante y después de las elecciones. De todas las formas posibles. “En estos momentos, es imprescindible la convocatoria de un referéndum con garantías en Cataluña que permita a sus ciudadanos y ciudadanas ejercer el derecho a decidir sobre su futuro político”, señala el documento. El marco legal para hacerlo sería el artículo 92 de la Constitución.

El PSOE también ha sido muy claro al respecto: no. El Comité Federal marcó a Pedro Sánchez una línea roja muy clara: no sentarse a negociar siquiera con quien proponga un referéndum que consideran ilegal.

Aunque Sánchez se saltó un poco ese veto al incluir en su ronda de contactos a Pablo Iglesias, es el máximo que va a asumir.

Podemos en su propuesta apela además por crear un Ministerio de la Plurinacionalidad, que asumiría las competencias de Administraciones Públicas y unas nuevas de Municipalismo. Este departamento sería el encargado de poner en marcha todo este proceso.

La negociación con Bruselas

En la propuesta económica, tanto PSOE como Podemos han insistido en diversas ocasiones que los planteamientos no están especialmente alejados y que se podría llegar a acuerdos en muchos puntos. Sin embargo, la propuesta de Podemos es mucho más expansiva fiscalmente y exige rediseñar por completo la estrategia presupuestaria que se ha pactado con las instituciones europeas.

El principal obstáculo en la oferta de Podemos es que solo es realizable si consigue el visto bueno de Bruselas para cambiar los objetivos de déficit comprometidos y aumentar el gasto público. “Estamos convencidos de que Bruselas va a decir que sí”, afirma Alberto Montero, portavoz de Economía en el Congreso por Podemos. Montero cree que los mercados demandan “crecimiento no recortes” y que es el caldo de cultivo perfecto para arrancar el cambio de dinámica en Europa.

Ante la pregunta de cómo van a convencer a las instituciones europeas en su postura sobre la disciplina fiscal, Montero recuerda que son varios los países que están cambiando su actitud sobre la estabilidad presupuestaria. Italia, Portugal o Francia son algunas de las economías del euro que han levantado la voz por el corsé presupuestario y en el que Podemos busca aliados para crear una alianza anti-austeridad. “El partido que forjará estas alianzas será PSOE”, refuerza Montero recordando que los socialistas tienen puentes tendidos con los Gobiernos de muchos de estos países.

Para la formación morada no hay ‘plan B’ a esta propuesta ya que están convencidos de que Bruselas se plegará a los nuevos tiempos y la nueva senda de déficit. Lo cierto es que por lo pronto, Podemos ha logrado arrastrar a los principales partidos (PSOE y Ciudadanos) a reconsiderar su postura sobre la necesidad o conveniencia de cumplir el déficit tal y como está propuesto en 2016. Incluso el Partido Popular, que ha hecho de la austeridad una bandera, ha comenzado a hablar de medidas flexibilizadoras del déficit.

Pero los objetivos a los que aspiran los dos partidos son muy diferentes. Por ahora el PSOE solo ha concretado que no cumplirían con los recortes exigidos en 2016, algo más de 8.000 millones de euros que demanda Bruselas, y que pedirían una redistribución de la senda del déficit para postergar un año el objetivo de achicar el agujero del Estado por debajo del 3% (hasta 2017) y conseguir menguarlo en menos del 1% para 2019. Podemos no se plantea reducir en menos del 2,2% del PIB el déficit hasta 2019, entendiendo que un margen de maniobra en las cuentas del Estado es necesario para el tipo de políticas que pretenden llevar a cabo. Además, en Ferraz creen que elevar el gasto en la cuantía que pretende Podemos es una entelequia.

La política fiscal

Desde el partido de Pablo Iglesias aseguran que les salen las cuentas porque el aumento de gasto iría acompañado de un refuerzo de la captación de ingresos en 69.700 millones de euros. Podemos fía esta mejora de los ingresos en una reforma fiscal progresiva, en el que se modificaría el sistema del IRPF tal y como está ahora, ya que se aumentarían los tramos para hacer la declaración de la renta que en su opinión mejorarían la progresividad del impuesto. El PSOE ha propuesto aumentar la recaudación de varios impuestos pero en ningún caso tocarían el IRPF, lo que obstaculiza la financiación de los planes de Podemos.

Además, la formación de liderada por Iglesias tiene en mente un impuesto para autofinanciar el rescate financiero, una tasa solo para los bancos que se impondrían en las próximas dos legislatura para devolver hasta 40.000 millones de euros al fondo de rescate.

En el ánimo del PSOE no está aumentar la presión fiscal en exceso, y ha insistido mucho en tocar impuestos como los medioambientales o en reforzar la lucha contra el fraude para mejorar la suficiencia del sistema. Aunque Podemos también cita estos dos puntos como necesarios, no aportarían lo necesario para los planes expansivos de la formación.

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