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Los bomberos de Santander queman los muebles de un comercio para “evitar riesgos” de contagio del VIH

La infección por VIH en Cantabria continúa una línea descendente desde los años 90. |

Laro García

La Asociación Ciudadana Cántabra Anti Sida (ACCAS) denuncia lo que considera un claro ejemplo de “estigmatización, falta de información y vulneración de los derechos” de una persona infectada por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), el patógeno que causa el sida, después de la “respuesta desproporcionada” por parte de la Policía Local de Santander y de los Bomberos de la ciudad, que incineraron los muebles de un comercio en el que fue atendido por una hemorragia.

Según explica esta organización, el incidente que dio a conocer El Diario Montañés se produjo el pasado 19 de marzo, cuando un hombre que sangraba por la boca pidió ayuda en un comercio de la zona centro de Santander, dado que era hemofílico y su situación podía empeorar. Fue atendido por las cuatro personas que trabajaban en este negocio, que llamaron a los servicios de emergencias cuando comprobaron que la hemorragia no se detenía, hasta el punto de que el enfermo perdió el conocimiento en un sofá en el que esperaba la llegada de la ambulancia.

La alarma, sin embargo, se disparó unos minutos después de que el paciente fuera ingresado en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, dado que el personal médico del centro sanitario se puso en contacto con los propietarios del comercio para darles aviso de que el hombre era portador del VIH, una llamada que ACASS censura de forma absoluta por vulnerar los derechos de la persona atendida al revelar su estado serológico.

“No entendemos cómo el hospital comunica la infección por VIH, información confidencial de un paciente, hecho muy grave además de considerar que los servicios sanitarios tienen la formación e información necesaria, incluida en la historia clínica, para valorar el riesgo ante una posible exposición, generando desconcierto y una alarma innecesaria”, opina Carmen Martín, coordinadora de ACCAS.

La entidad cántabra recuerda que la transmisión accidental con sangre infectada puede producirse mediante el contacto con una lesión o un instrumento punzante, y que este riesgo tras una exposición con sangre infectada por VIH es de entre el 0,1 y 0,3%. “Si el hospital tiene la historia clínica del paciente y este se encuentra en tratamiento, valorar como nula la probabilidad de infección hubiera sido lo acertado, entendiendo que no se ha dado la circunstancia de contacto directo con una herida o instrumento punzante al socorrer a la persona afectada”, subrayan.

Respuesta desproporcionada

La alarma posterior, incluyendo la incineración por parte de los Bomberos de los muebles manchados de sangre, es “absolutamente innecesaria” y, para ACCAS, “esta situación demuestra que la estigmatización de las personas que viven con VIH y la falta de información al respecto siguen siendo los principales obstáculos para dar una respuesta eficaz ante el VIH y el sida”. 

“Es absurdo incinerar el sofá manchado con la sangre de la persona atendida, ya que el VIH necesita al organismo humano para vivir, pues se aloja y multiplica en las células del sistema inmunitario. Fuera del cuerpo humano, el virus no subsiste: muere en contacto con el aire porque no puede vivir fuera de dicho organismo. Por tanto, la actuación de los servicios públicos -Bomberos y Policía Local- tratando un mueble como un agente infeccioso evidencia la falta de formación e información sobre el VIH”, denuncia Juan Ramón Barrios, presidente de CESIDA, la Coordinadora estatal de VIH y Sida.

Desde la Consejería de Sanidad de Cantabria reconocen que no se puso en marcha ningún protocolo especial para dar respuesta a este incidente, a pesar de las reiteradas llamadas de las personas que estuvieron en contacto con el enfermo, que han pasado incluso distintos test para confirmar, como era previsible, que no han sufrido contagio. Además, ante la falta de respuestas sobre cómo debían limpiar el local o los muebles manchados de sangre, fue la Policía Local la que pidió la intervención de los Bomberos, que procedieron a su incineración.

ACCAS reitera que este tipo de “desinformaciones” y la “falta de rigor” desde un punto de vista científico con respecto a la trasmisión del virus “no hacen más que alimentar el rechazo y el estigma hacia las personas que viven con VIH, generando una alarma absolutamente innecesaria en la población”.

La Asociación Ciudadana Cántabra Anti Sida también ha mostrado su deseo de que el afectado tenga una pronta recuperación y ha ofrecido su apoyo para afrontar la situación que se ha desatado posteriormente: “Agradecemos su ayuda a las personas que lo atendieron al encontrarse indispuesto y lamentamos profundamente el desconcierto que por la falta de información se han encontrado. Estas personas pueden estar tranquilas ya que si la exposición al VIH es cero el riesgo es cero, tal y como señala la campaña de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Cantabria”, concluye la coordinadora de ACCAS.

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