Ahora que se acaban de hacer la típica foto en bici los que faltaban, es momento de acudir a las fuentes de la sabiduría y preguntarse quién es contingente y quién es realmente necesario. No es poco que amanezca cada día en Madrid teniendo en cuenta que la ciudad lleva gobernada tantísimo tiempo por los mismos. No es poco que amanezca en Madrid pero es evdiente que no es suficiente. Merecemos más.
Por si alguien no lo ha notado, estamos en campaña electoral (algo así como las cañas de antes de la fiesta de la democracia, ésa que se celebra el domingo 24 de mayo). Por si alguien no lo ha notado, la mayoría de los partidos y candidatos nos siguen tratando como niños o como tontos. O, más bien, como niños tontos.
Esperanza Aguirre, por ejemplo, ha dicho tras su paseo en bici cosas tan bonicas como: “Cuando yo era más joven e iba al extranjero me impresionaba ver que los países más desarrollados estaban llenos de bicicletas y me hizo asociar mentalmente el desarrollo económico con el uso de la bicicleta, un transporte limpio, limpísimo, sano, sanísimo, respetado de manera muy civilizada por los automovilistas y que ayudaba a (lograr un) ambiente de calma y buen rollo”. Como se ve, un discurso profundo, profundísimo.
Un discurso que es otro intento de darnos de comer verduritas con la cara de Spiderman como si así nos las fuésemos a tragar. Y no, no tragamos. A la misma candidata a la que le gustan las bicis para la foto le parece que eso de las áreas de prioridad residencial es una medida “bolchevique”, que sobran horas de SER y que la libertad individual tiene que ver con la libertad de meter el coche en cualquier lado de nuestra ciudad.
No son las únicas incoherencias de su programa en materia de movilidad y de ciudad. Ni es ella la única que las luce. También juegan a las incongruencias otros candidatos de otros partidos.
Bajo mi punto de vista, el juego va camino de acabarse. Me gustó mucho un texto reciente de Ekaitz Cancela en Diagonal. Un texto que decía cosas como: “La política entendida como un canal unidireccional de comunicación con el único objetivo de señalar el camino a la oveja es el pan nuestro de cada día. Las innumerables operaciones cosméticas que tratan de vender con fuegos de artificio a diario son buena muestra de ello. Nos están acostumbrado para que sigamos pensando que tenemos el poder de decir algo mientras nos quitan los derechos que permiten que lo hagamos”.
No sé si la democracia es la fiesta que nos cuentan pero estoy seguro de que no es el espectáculo que nos venden. En esa esa foto de políticos en bici no hay retratado un auténtico interés de hacer una ciudad mejor, sólo está el interés de ganar las elecciones. Me encantaría que los candidatos a la alcaldía de Madrid se preguntasen de verdad qué ciudad quieren y cómo conseguirla. Pero ni siquiera eso es suficiente. Lo democrático, lo justo, lo necesario, es que nos lo pregunten a nosotros.
Casi al mismo tiempo que Aguirre, Cifuentes y Rajoy invadían Madrid Río, un grupo de gente diversa y sin relación directa con Ahora Madrid decidió juntarse para ayudar a que la propuesta que encabeza Manuela Carmena gane las elecciones. Es un movimiento espontáneo que ha surgido en redes sociales y que tiene intención de trascender a la calle, que es por donde pasea la realidad. Es un movimiento sincero y optimista que demuestra que cuando la democracia se acerca a la gente, la gente recupera la ilusión.
#MadridconManuela, que es como se ha llamado el asunto, es algo más que un hashtag, una cuenta de Twitter o un Tumblr, es gente que siente que Madrid merece ser y estar mejor de lo que está y que se pone a currar a cambio de nada para conseguirlo. #MadridconManuela es una señal muy clara que los contingentes son los que creen que la política es sólo cosa suya y los necesarios somos todos nosotros.
