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Sobre este blog

Me dedico al periodismo, la comunicación y a escribir libros como “Exceso de equipaje” (Debate, 2018), ensayo sobre el turismo que se desborda; “Biciosos” (Debate, 2014), sobre bicis y ciudades; y “La opción B” (Temás de Hoy 2012), novela... Aquí hablo sobre asuntos urbanos.

Si quieres mejorar la economía, invierte en ciudades más simpáticas

La Operación Chamartín o cómo no hacer las ciudades del futuro

Pedro Bravo

Invertir en movilidad sostenible, en crear ciudades simpáticas y no antipáticas para las personas, es rentable. En concreto, por cada 1,3 euros invertidos en proyectos de peatonalización y fomento de la bicicleta, se obtiene una media de 18 euros de beneficio. Una pasta que se gana por el aumento en las ventas del comercio local, por la disminución del tráfico y la contaminación y por la mejora de la salud de la población. Todo esto lo dice un estudio de Living Streets que ha analizado hasta 500 informes de 17 países distintos para llegar a éstas y otras conclusiones.

Descubro este estudio leyendo a Owen Jones, que no es que se haya pasado al capitalismo radical, sino que reflexiona sobre la economía de todos. En su texto, Jones se confiesa ciclista converso y habla de otros beneficios de usar la bici, como mantenerse en forma, rebajar el estrés, llegar antes y recuperar además tiempo para uno mismo sin estar pendiente del maldito telefonito, por ejemplo. El joven Obi Wan de la política británica concluye, ya desde el titular, que “tenemos que luchar por hacer nuestras ciudades más saludables”. Y, sí, tiene más razón que un Jedi.

En estos días hemos visto a algunos nuevos alcaldes y alcaldesas llegar a su trabajo en bici, caminando o en transporte público. Para muchos, no sé si obsesionados con el coche o con sus propios prejuicios, esto es pura demagogia. Pues no. Aparte de un acto de normalización —¿por qué el que manda tiene que moverse de forma distinta al que le presta el mando?— y de una decisión política —no de izquierdas o derechas, ojo, política de la del bien común—, resulta que este estudio demuestra algo que muchos ya sabíamos: es una estupenda decisión económica. De la economía que nos incluye.

Hay quienes han sostenido durante la reciente campaña electoral que parar operaciones urbanísticas como la de Chamartín o la de Campamento, sería un desastre que impediría la creación de miles de puestos de trabajo y, por eso, hundiría la economía de Madrid.

Igual es que yo soy muy zote, pero diría que son precisamente este tipo de operaciones las que nos han traído por el mal camino, también económico. Ya sabemos, porque lo hemos probado en el pasado, que el futuro no pasa por grandes obras que desparraman la ciudad, fomentan el uso del coche privado y sólo dan beneficios a quienes las permiten y las realizan pero no al resto. Y como ya lo sabemos y además tenemos datos como los del estudio que mencionaba Jones, estaría muy bien que probásemos otra vía, ¿no?

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Me dedico al periodismo, la comunicación y a escribir libros como “Exceso de equipaje” (Debate, 2018), ensayo sobre el turismo que se desborda; “Biciosos” (Debate, 2014), sobre bicis y ciudades; y “La opción B” (Temás de Hoy 2012), novela... Aquí hablo sobre asuntos urbanos.

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