Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Sobre este blog

Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.

Accede aquí a nuestra portada.

La maniobra Sánchez

Javier Gallego

24

Sobre este blog

Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.

Accede aquí a nuestra portada.

Pedro Sánchez lo ha vuelto a hacer. Rompernos los esquemas y cambiar el guion. Convertir un golpe en contra en un golpe de efecto. Darse por muerto para renacer de las cenizas. Pedro Sánchez ha hecho de Pedro Sánchez. Puede que su enfado fuera sincero. Puede que se hartara de la persecución a su persona y su familia. Puede que se rompiera por la causa judicial contra su mujer basada en una mentira y en artículos que no prueban nada. Puede que esté cansado de que le llamen dictador, asesino, etarra, traidor, felón y perro. Pero el Perro es más perro que toda la jauría y ha sacado partido de un mal momento. Como siempre. Por eso era difícil creer que dimitiría. Un hombre que perdió el partido y lo recuperó, ganó la primera moción de censura de la democracia y ha logrado dos investiduras, una después de una pandemia, no se retira porque le haya puesto una querella a su mujer una asociación franquista.

Pedro Sánchez es un boxeador jugando al ajedrez, más intuitivo que calculador, más impulsivo que maquiavélico. Primero actúa por impulso, por lo que le dicta su olfato. Después, hace los cálculos. Es como el púgil que aprovecha la inercia del gesto con el que esquiva el golpe para golpear de vuelta con más fuerza. Luego se para a pensar los siguientes movimientos. Por eso no creo que esto haya empezado como estrategia, pero creo que se ha convertido en una. Es la Maniobra Sánchez, una apertura rápida y audaz que descoloca a todo el mundo y que remata con una serie de jugadas con las que termina de jugársela al rival y jugárnosla a todos. Jugar con nosotros. Por la mañana anuncia que se queda, por la noche da una entrevista en la televisión pública en la que no anuncia ninguna medida. Se anuncia a sí mismo. Ha empezado la campaña. 

No da puntada sin hilo. Hasta cuando se retira es para tomar carrerilla. Lo hizo en las generales y lo ha vuelto a hacer: cambiar el relato y provocar una oleada a su favor y en contra de la máquina del fango de la derecha. Después del buen resultado en Euskadi, relanza la campaña socialista en las catalanas para luego apuntalar la tendencia ganadora en las europeas, en las que seguirá comiéndose el espacio a su izquierda, desarbolado y enfrentado, mientras se convierte en el símbolo único del progresismo, como ha logrado estos días hasta en el espacio a la izquierda del PSOE, donde hemos visto algunos apoyos sorprendentes. La empatía con la persona no debe convertirse en el culto al personaje. Cuidado con el perro: cuidado con el populismo.