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30 años de feminismo en la Universidad de Oviedo, pionera en España en estudios de género

Impulsoras de los Estudios de Género en la Universidad de Oviedo

Leticia Quintanal

Oviedo —

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Corría el año 1994 cuando cuatro profesoras de la Universidad de Oviedo, “feministas, pacientes y perseverantes”, conseguían que la institución académica asturiana aceptase la implantación de los primeros estudios de género con el Programa de Doctorado en Género y Diversidad. Convertían así a la Universidad de Oviedo en pionera, a nivel nacional, en la implantación de estudios feministas, rompiendo de esta forma la visión machista y antropocéntrica de la formación.

Eran Isabel Carrera, Socorro Suárez, Rosa Cid y Amparo Pedregal. Dos filólogas y dos historiadoras que, valga la redundancia, hicieron historia luchando contra la incomprensión de muchos colegas, hombres y mujeres, recién iniciada la década de los 90.

Isabel y Socorro, profesoras de Filología Inglesa, Rosa y Amparo, profesoras de Historia Antigua, coincidieron en espacio y tiempo en lo que ellas califican como “una fortuna total” y comenzaron a mantener conversaciones porque sus despachos eran contiguos, en las que, llevadas por sus convicciones feministas, verbalizaban la necesidad de poner remedio al machismo y a la subordinación de la mujer dentro de la universidad, pero también a la forma de estudiar el pasado y al borrado de las mujeres en la historia.

Esto fue lo que sucedió hace ya tres décadas y permitió que a día de hoy la Universidad de Oviedo cuente no solo con el Doctorado en Género y Diversidad, sino también con un Máster en Género y Diversidad, implantado en 2006, y el Erasmus Mundus en Estudios de las Mujeres y Género que comenzó a impartirse un año después, en 2007.

Los inicios fueron difíciles, hubo momentos de mucho desconcierto generado por la incomprensión de los y las colegas, cuenta Rosa. Las críticas desconcertaban, pero también animaban y reforzaban el sentimiento de que esos estudios eran muy necesarios porque “el conocimiento debe ser plural y amplio”.

Isabel recuerda cuando finalizó su tesis en 1988. Era la primera tesis feminista en la Universidad de Oviedo porque su prólogo estaba fundamentado en la teorización feminista de aquellos años. “Estaba nerviosa, había que justificar los motivos por los que abordabas aquella temática y no había cinco feministas para poner en el tribunal”, relata. El feminismo ya estaba ahí, de hecho, las teorías feministas habían despegado en la década de los 70 y 80, pero no se asociaban al ámbito académico ni, por tanto, formaban parte de sus discusiones.

Estas dos catedráticas coinciden en que fue el feminismo lo que las empujó a embarcarse en esta aventura. Darte cuenta de que la subordinación de la mujer en la sociedad la estábamos viviendo también en la universidad de los años 80, relata Rosa.

“Había muchas actitudes machistas que teníamos que cambiar, la forma de estudiar la historia, la propia estructura de la universidad”, asegura.

Instituto en Género y Diversidad

Como colofón a estos estudios, en diciembre de 2022 se presentó el Instituto en Género y Diversidad, dedicado a la investigación, la docencia y la creación en los estudios de género. En este sentido, tiene un triple objetivo: impulsar la docencia especializada de postgrado; difundir conocimientos actualizados en el ámbito de los estudios de género; y avanzar en los estudios sobre mujeres, género y diversidad en los programas de investigación, fundamentalmente en las áreas de Humanidades y Ciencias Sociales, y hacerlo a través de proyectos competitivos.

El Instituto de Género es el hito más reciente y aspira a seguir creciendo e impulsando la investigación y la excelencia en este campo del saber. Está dirigido por Isabel Carrera y cuenta en su directiva con Rosa Cid.

Exposición: Tres décadas de estudios feministas en la Universidad de Oviedo

Ha sido precisamente el Instituto de Género el promotor de una exposición con la que se pretende conmemorar este trigésimo aniversario a través de un minucioso recorrido por los últimos 30 años. La muestra recoge documentos históricos sobre el desarrollo y consolidación de los Estudios de las Mujeres y de Género en la Universidad de Oviedo, y lo hace, precisamente, en sus tres facetas: docente, investigadora y de transferencia social.

Los paneles y materiales expuestos avanzan desde los seminarios iniciales, como el Seminario Permanente de Mujeres y Literatura, puesto en marcha en 1986, y el Seminario de Estudios de la Mujer, que comenzó en 1995, hasta el actual reconocimiento de los programas de postgrado y los grupos de investigación especializado.

“Al seleccionar los materiales que iban a exponerse es cuando realmente hemos sido conscientes de todo lo que hemos hecho”, cuenta Rosa Cid, así relata la cantidad de actividades desarrolladas, el nivel de implicación para traer los nombres más relevantes en el feminismo o la cantidad de personas que se han formado en estudios de género a lo largo de todos estos años.

Es Isabel quien, echando la vista atrás, recuerda que en el primer doctorado solamente se matricularon seis personas. Algunas acababan de ingresar en la universidad, otras volvían porque no habían tenido oportunidad de formarse en feminismo y retomaban la vida académica, y por último estaban las que venían del activismo feminista. Una mezcla interesante y maravillosa que generaba debates enriquecedores, sonríe.

Tanto Rosa como Isabel coinciden en valorar los avances conseguidos durante estos años. Ha cambiado la sociedad, ha cambiado la universidad…sin embargo, continúa habiendo reticencias porque el poder y la jerarquía siguen muy presentes dentro de la institución académica.

Rosa Cid destaca que ya no existe el machismo violento que antes imperaba, pero aún quedan los micromachismos, que son continuos y están demasiado normalizados todavía. 

A pesar de que Europa exige que la perspectiva de género esté presente de manera considerable en todas las materias, y que la Universidad de Oviedo cuenta desde hace tiempo con una Unidad de Igualdad, la visión transversal con perspectiva de género aún no es una realidad.

Así, Isabel Carrera afirma tajante, hasta que todos los ámbitos del saber no tengan en cuenta la perspectiva de género y ésta se aplica a todos los planteamientos académicos (docencia e investigación), harán falta los estudios de género.

Ambas están orgullosas de lo conseguido y del equipo a quien entregarán el testigo cuando llegue el momento, que son las comisarias de la exposición. “Ellas no tuvieron que enfrentarse a los problemas que nosotras tuvimos, pero tienen frente a ellas sus propios retos”, aseguran.

La exposición permanecerá abierta hasta el 15 de mayo en el Campus de Humanidades de la Universidad de Oviedo.

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