Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Nunca se lo perdonaremos

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena.

Jesús Cintora

Puede ocurrir que una 'drag' vestida de peluche en una Cabalgata de Reyes se convierta en un escándalo nacional. Puede ocurrir que un corrupto vestido de traje malversando fondos en una Cabalgata de Reyes sea aplaudido, le voten y le paguen el sueldo. Puede pasar que una 'drag', disfrazada de animal, en una de las dieciséis carrozas de un desfile de barrio de Magos de Oriente, sea una amenaza. Puede pasar que la trama Púnica también se lucrase con las cabalgatas, pero eso ya no escandaliza. Es una más.

Recuerdo aquellas informaciones sobre las presuntas irregularidades corruptas en el patrocinio de las cabalgatas de Reyes de 2010, 2011 y 2012 en Madrid. Tan obsceno como corromperse con la visita del Papa o las ayudas a los países pobres. No vi decir que era una ofensa a la tradición cristiana a los que ahora se rasgan las vestiduras con el escándalo 'drag'. Eso sí, la condición sexual o la vestimenta de una actriz en una de las muchas carrozas puede “confundir a los niños”, a los que luego les harán memorizar el “no robarás”.

Verán llenarse la boca, llevarse las manos a la cabeza y hasta amenazas de muerte por el escandaloso caso de la 'drag'. No moverán un dedo por el comienzo de año con subida de la luz, del gas, del agua, del teléfono o de la gasolina. Ni por el 7% de contratos fijos, ni por el enésimo caso de corrupción, mientras Europa nos dice que no cumplimos ni una sola de las medidas propuestas contra el saqueo. Pero estamos que lo petamos con la recuperación y tenemos un Gobierno cada vez más transparente. Nadie diría que si una 'drag' es apariencia y transformismo, España es cada vez más 'drag'.

Pero ocurre que rascas un poco y sale lo rancio. Ese respeto a la diversidad de boquilla, con esa homofobia, ese odio primario, ese ataque a lo distinto y a la libertad. Esa España cavernaria, que aún la tenemos y la sufrimos. Esa hipocresía, hablemos claro. Esa exageración de lo que conviene, porque estamos atentos a que Carmena y los podemitas alteren el orden establecido, perviertan las buenas costumbres y hasta trunquen la ilusión de la infancia.

Que estos rojos son unos comeniños, oiga. Los podemitas quieren acabar con las Cabalgatas de Reyes, con la Semana Santa, te quitarán los pisos vacíos, todo lo que pase de los mil euros de sueldo y están a las órdenes de Maduro y de Irán. Igual que Zapatero iba a entregar Navarra a ETA o Rusia quiere desestabilizarnos con sus robots. Ya solo nos faltaba que Carmena ganara la alcaldía y ahora quiera confundir a nuestros hijos y volverlos mariquitas en una tarde de Reyes. Por ahí no paso. Eso nunca se lo perdonaremos.

Etiquetas
stats